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domingo, 11 de marzo de 2018

Viernes de encuentros, sábado de gatita Canela

Me he sentado al compu, he abierto Blogger. He aprobado los comentarios y me han gustado por lo demás.
Más, no he podido concebir nada que escribir: o es que mi vida últimamente o ha sido demasiado profunda o bien no confío en mis ideas... y bien ambas.



Ayer tuve una reunión laboral a las 3. Definiríamos programa de trabajo en la universidad. Todo bien.
Al desocuparme tenía tarde libre así que pensé en ir a la zona franca por compras pero luego decidí ir primero a casa, avancé quizá 10 metros cuando algo me hizo devolver los pasos (la universidad está al lado del centro comercial y desde dentro hay un buen atajo), tomé el acceso más rápido aunque informal... (algunos alumnos removieron parte de la cerca metálica que separa ambas entidades y ahora se puede acceder más rápido.) Muy simbólico por cierto, que en Chile una universidad estatal quede al lado de un centro comercial zona franca.

Llegué y tenía dos cosas en mente que debía comprar y llevarme en la mochila: pan y cervezas para la noche (viernes...)
Voy a la sección panadería en este supermercado primero pero noto que me equivoqué, que estaba frente a la sección mantequillas, quesos y fiambres así que mientras corregía mi rumbo veo a mi padre. Esos "accidentes" esas pequeñas equivocaciones que tenemos en un día y a las que no siempre prestamos atención y nos llevan a encuentros que terminan haciendo tu corazón llorar de alegría...

Nos saludamos y ya que él también andaba comprando cachivaches acordamos ir a por unas cervezas juntos. Pasamos por caja, mis cervezas, mi pan, su espejo para el vehículo y partimos al centro.
Fueron varias copas y buena conversa.
Con Padre tenemos más en común que en contra y somos un potente espejo juntos. Debo juntarme más con este Nocturno versión 70 inviernos. Sigo pensando esto: uno elige Madre y Padre antes de nacer.

Vinimos a mi casa para continuar la conversa y la última cerveza. De ahí me fue a dejar a la casa de un amigo.
Después me avisó otro que estaba de cumple así que como mi amigo debía hacer a su hijo dormir aproveché de ir en ese instante al otro evento.

¿La coincidencia? Tres piscis.
Unos capos los peces.

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 Actualización sábado:
Un día normal, la gatita Canela tratando de sacarme de la cama varias veces (su patita en mi cara o nuca dependiendo a dónde esté orientado mientras duermo -o lo intento).



Y bueno el resto del día se resume en que es una regalona.



7 comentarios:

  1. Esos encuentros no programados pero que tenían que ser...
    Unos genios los peces, sin dudas.

    Un beso.

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  2. No sé si uno elige a sus padres antes; pero pudiera ser, yo adoraba a los míos.

    Es bonito tener una mascota, dan mucho cariño y nos mueven a darlo.

    Me gustan las sorpresas que va dando la vida.

    Un beso.

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  3. Buena entrada entonces, con mucha energía positiva!
    Que sigan los encuentros, ya sean reales, virtuales, metafóricos o ficticios

    Abrazo!

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  4. casualidades, causalidades...

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  5. Un error te llevó a ese encuentro, como si fuera un error intuitivo, un error positivo.

    Todo un personaje la gatita Canela.

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  6. No hay como disfrutar de los encuentros .

    Besos.

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  7. pero... tu papá no vivía en Santiago? o eso creía recordar... en fin, no confío en mis recuerdos tampoco...

    piscis... no se como son... aunque a vos te conozco.... saludos...

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