Luego y aprovechando algo del sol otoñal que había decidí salir a una pequeña excursión a un mirador frente a la ciudad del cual había escuchado se tenía una buena vista del pueblo.
Según Google Maps quedaba a sólo 2.5kms y una media hora de caminata.
Para empezar, recordar que estoy viviendo en la isla Tierra del Fuego, que como buenos hermanos compartimos con Argentina y se ubica al sur de América del Sur... Yo vivo en un pequeño pueblo ubicado donde indica el círculo amarillo, hay una entrada de aguas a la que me gusta llamar la "bahía", pero en el este mapita es casi imposible verla.
Inicio mi excursión:
Este pueblo (prefiero decir "ciudad", pero los mismos habitantes de aquí me han corregido a "pueblo") nació a fines del 1800. Algunas de estas casonas reflejan esa historia. De fondo, las aguas de la bahía...
Llegando a la costanera recuerdo ese poema de Robert Frost, que va algo así como
Me encontré frente a dos caminos, más yo, yo elegí el menos transitado...
El de la derecha se aleja un poco de la carretera y se acerca más a la playa, en todo caso ambos llevan hacia el mirador, al sur de la ciudad...
En el camino observas un poco de la fauna, donde destacan los guapos flamencos rosados
No eran muchos. Me enseñaron que cuando aparecen en la bahía es porque el día siguiente estará helado...
Hubo hace muchos años aquí una fiebre del oro a fines de 1880 que trajo progreso, avances y gente...
Llego al mirador. Me gusta ver que se homenajea a los que habitaron aquí incluso en tiempos antes de Cristo, los Selk'Nam (conocidos también como Onas)
No tomé muchas fotos aquí porque cerca había un par de vehículos estacionados con gente adentro, de hecho desde uno un niñito me gritó "Hola Mister!!!", saludé instintiva pero vivamente con mi mano como cuando me encuentro alumnitos en las calles...
Otra escultura:
Regreso, esta vez por la playa (y no los otros dos caminos...) El cielo se pone dramático y las aves me sobrevuelan desconfiadas tal vez...
Cierro con una panorámica desde el mirador hacia la ciudad.
Confieso que me gusta estar aquí...
La canción se llama Kuanip, referenciando al mito/leyenda Selk'Nam que enlazo aquí...
Como nota, los arreglos en sintetizadores pertenecen al músico regional Sergio Pérez Bontes y para esta composición usó cantos reales de los últimos sobrevivientes Selk'Nam grabados por el sacerdote misionero y antropólogo alemán Martin Gusinde, a comienzos del 1900.
Me encantó este post! Qué maravilla todo lo que expones! Un beso!
ResponderBorrarQué lugar tan bonito. No imaginaba que en Tierra de fuego también había flamencos. Me ha encantado el reportaje. :)
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