Siempre ha gustado enfrentarme a tener que improvisar. Y es raro, porque tiendo a fijarme en qué terreno estoy pisando antes de dar un paso y sólo si me siento seguro apuesto a ciertas cosas.
O tal vez no tanto, porque siempre me ha parecido entretenido improvisar, caminar a lo incierto, presentarme con valor y ánimo a disfrutar la experiencia o ganar experiencia si la cago (y no pocas veces la he embarrado por no prepararme.)
En mi trabajo de profe me ha tocado improvisar, sin duda. A veces lo he hecho bien y otras tantas he cometido errores importantes por no haber planificado la clase.
Y pensaba en esto a raíz de un director de una escuela gringa que me sale bastante en Instagram, quizá alguien más lo ha visto igual, no recuerdo su nombre sólo que es casi idéntico al Dr. House de la serie y siempre sale empujando un carrito por la escuela con un comunicador de radio en la mano. Me cae bien el tipo porque es un tipo de director que empatiza con los profes, no les exige tanto porque confía en que están haciendo lo mejor posible, más, también son humanos con problemas cansancios y debilidades. Él aboga por no agobiar a los docentes, si hay un niño que está dando problemas en la sala él mismo lo extrae y resuelve la cuestión para que el profe pueda concentrarse en seguir con su clase, no es justo que 30 deban perder la clase por culpa de uno que está molestando, decía en un reel el otro día.
En otro que vi el otro día mientras estaba sentado en el baño atendiendo unos negocios digestivos hablaba de cómo no le exige a sus docentes la planificación diaria ni semanal porque él mismo no creía que se podría planear cómo los niños se comportarán en un determinado día, y aquello lo comparto. Los grupos humanos son un universo cambiante, orgánico. vivo, líquido como está de moda decir hoy para darse aires de intelectual, já.
Desde que comencé con mis prácticas profesionales en la universidad me di cuenta que no tenía mucho sentido planificar tan en detalle cada clase, cuando surgían a menudo eventos que te arruinaban todo lo que pretendías hacer ese día: que sacarán a la mitad del curso para ensayo de un desfile, que el taller que la psicóloga haría en tu hora se le olvidó y te toca improvisar una clase, que tal tía saca a las niñas porque toca ensayar un baile para una ceremonia que se viene, que hubo una pelea, que alguien te confronta o desafía, que etc. etc.
Y hasta el día de hoy, tras 25 años de ejercer me tocan imprevistos que me obligan a tomar otro camino, por ejemplo el lunes pasado quería usar los computadores del colegio con un curso para una actividad, pero esa misma mañana me enteré que otra profesora los necesitaría a esa misma hora para tomar una prueba. Preferí cedérselos a ella, lo suyo era más importante, y también porque sabía que podría concebir un plan b, como tantas otras veces me ha tocado. Eso sí, he aprendido a darle explicaciones a los estudiantes porque de lo contrario comentan en casa que el profe es poco preparado. Salí del paso y todo bien, son cosas que pasan... el hombre propone y Dios dispone.
Y para cerrar, sí creo que se vuelve más fácil improvisar en la vida con la experiencia porque uno tiende a recordar cómo salió del pasó en similar situación en el pasado y si funcionó, por qué reinventar la rueda.
Tampoco se debe abusar eso sí, quien mucho improvisa es porque de verdad es un profe que no prepara nada y ahí la cosa se desordena. Y es cuando entran en escena los padres y madres para pedir una entrevista con tu director y descargar la artillería contra ese profe que es flojo porque no prepara las clases, y concuerdo, es poco profesional aquello. Está bien preparar las clases, preparar el material a usar y dominar el contenido que tocará enseñar o practicar, mi punto es que es también saludable recordar constantemente que la vida es impredecible, es aventura y que puede que no logres hacer lo que planeaste.
Aún así, lamentablemente el Ministerio de Educación chileno es rígido con que es deseable los profes planifiquemos, presentemos a nuestros jefes dichas propuestas dice el rumor que ni las leen y luego ejecutemos.
La vida es aventura, en cada respiro. Por cierto, en la clase con el 4to básico hoy donde practicábamos adjetivos y el ejercicio era que dieran un ejemplo de algo "short", de algo "big", de algo "cold" etc. partí la explicación inicial con el adjetivo "short" y lo primero que se me ocurrió citarles como ejemplo fue la frase "la vida", porque la vida es tan corta. Já, esos peques aún no cumplen los 10 años :P tanta vida aún por delante...
"Atento al lobo" (1993) - Lucio Dalla
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