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martes, 26 de marzo de 2019

Nada vuelve

---Garabateo pensamientos, no edité ni tuve tiempo de revisar mis comunes redundancias, faltas ortográficas y errores de tipo varias, pido disculpas de antemano para quien lea esto...---


La verdad es que ando bien alerta en estos días, para bien. Mi vida dio un tremendo giro. Me cambié de ciudad, pasé de estar solo en una casita que arrendaba a venirme a vivir a una pieza en la casa de alguien más, que en Chile llamamos estar en una "pensión" lo que significa que alguien que posee una casa decide dejarme dormir en una de sus habitaciones además de darme alimentación durante el día y encargarse de mi ropa por ejemplo (para el lavado) por un precio mensual.
Lo interesante es que es mucho más caro esto que la casa que arriendo en mi ciudad natal (y de la cual aún no me puedo despojar debido a la cantidad de cosas que tengo y de las cuales necesito deshacerme, já. Guapa muestra que mientras más obtenemos/acumulamos en esta vida más pesados nos volvemos. En fin.)
Sin embargo no me quejo, vivir aquí me encanta, de partida tengo lo que llamamos "comidas de casa" legumbres, sopas, cazuelas chilenas y en general todo lo que es bueno para el cuerpo. No como las pizzas, hot dogs, empanadas (awante las empanadas!) y demás chatarritas de las que me alimentaba mientras viví estos últimos años en la otra ciudad.

Esta es una ciudad que te enseña tranquilidad. Aquí somos 5 mil almas en una apacible bahía rodeada de bucólicos cerros de arrebolados colores de la cual me siento enamorado. Bueno, puede ser sólo una fase pasajera como canta Pink Floyd já. Se dice que cuando uno se cambia de residencia pasa por ciertos estados (estudiados y documentados, se le llama el "culture shock" o choque cultural, si la memoria no me falla esos estadios son 4: Luna de miel, frustración, ajuste y adaptación (o no)
Creo que estoy en la etapa de la luna de miel, todo me parece bonito, como dice el tipo de Jarabe de Palo.
Y es que mi nueva vida me está tratando bien. Lo que se venga lo enfrentaré con energía y esperanza, como todo en mi historial, pero eso aún no llega, así que no gastaré más lineas en lo que aún no pasa.

He vuelto, tras 9 años, a trabajar en una escuela, con niñ@s peques y la río mucho durante el día se me pasan volando las jornadas y si bien me encuentro trabajando incluso en mis noches preparando material lo hago con gusto, creo firmemente en eso de que si quieres ganarte el salario debes dar lo mejor de ti. Ya me harté de lugares donde me robaban el sueldo, no me pagaban y se demoraban. Eran otros tiempos y los dejé atrás, me atreví a venirme. Veo ahora lo bueno de no haberme apresurado a emparejarme y reproducirme, gracias a eso soy algo "liviano" y puedo cambiarme de ciudad de un día para otro. Me cuesta plata eso sí, aún tengo cosas en la ciudad anterior que tomará algunos meses resolver. Todo bien, como dice el buen Cerati, las cosas brillantes siempre salen de repente.

Un buen amigo ayer tuvo un infarto agudo al miocardio, está en la Unidad de Cuidados Intensivos, un abrazo querido R. si lees esto algún día. Tiene mi edad, 41 años y está en este momento sedado. Uno siempre piensa que esas cosas son para los viejos y hey, el estrés pasa la cuenta.
Pienso que soy un tipo afortunado, aquí estoy, vivo.

Anoche soñé que se quemaba una casa.
No era la mía, pero dolía igual al despertar.






2 comentarios:

  1. arriba!
    muy buena semblanza de lo cotidiano así en crudo.

    la edad de los infartos son los 4o.
    abrazo

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  2. Tremendo tu testimonio, en pleno cambio en pleno caos de salida de tu zona de confort.
    Me ha encantado como nos lo has contado.
    Gracias!
    Espero que tu amigo supere este momento tan delicado.

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