Ayer olvidé mi celu en un colectivo.
Al acostarme extrañé no poder dejar la alarma en el celular.
La rutina se interrumpió.
Al despertar pensé en revisar rápidamente mi correo,
pero cierto que ya no tengo teléfono.
La primera clase de la mañana: Pocos estudiantes, lo que se traduce en avance más rápido...
Aún así, mientras trabajaban en alguna guía, extrañé también el no tener teléfono a mano... (en ese rato me siento y aprovecho de revisar correos, trabajar en algo que necesite para las clases que vengan más tarde en el día y etc).
12:40pm oficialmente termina la clase y la siguiente comienza a las
12:50.
Gracias a la baja asistencia de la primera, empero, finalizamos antes así que alcanzaba a comer algo.
Decidí ir directo al patio de la facultad de Humanidades, para comprar un sándwich miga tomate-queso-lechuga relativamente barato que venden en el quiosquito que funciona en un rincón.
Me enteré después que ya me había sentado a comer y tomar un café, que una carrera tenía venta de choripanes frescos afuera,
tarde :(
Me senté con mi
latte de máquina barata
Nescafé y el helado sándwich,
¡Cómo habría disfrutado sacar el celu del bolsillo ahora! jugar una partida de ajedrez como suelo hacer cuando me alimento afuera.
Más, no había tal celu.
Quedé en una mesa al centro del patio,
todo lo demás ocupado por alumnos.
Este es su espacio de ocio y esparcimiento. No se ven muchos profes sentados aquí...
de hecho soy el único
Hay sillones, mesas de pin pon, de ajedrez, bancas, plantas y a parte del kiosco en concesión funciona una pequeña "cuasi garita" donde los estudiantes de toda la facultad pueden vender alimentos o bebestibles por turnos durante el año.
Me contaban unos que hace poco con las ventas de 3 meses se costearon una gira de estudios a Australia por un semestre (al menos lo que pedían juntar, el peso de la pasantía era a través de convenios).
Los alumnos lucen relajados, distendidos, algunos duermen, otros almuerzan, aquellos hacen malabarismo, unos cuantos estudian pero muchos parecen conversar cosas lejanas a sus estudios (por lo que logro oír también).
Sobre mi cabeza se cuela el sol del mediodía. La escena relaja, esos rayos solares nos acompañan como si fuera entrado el atardecer y bueno, es que estamos casi en otoño y los días son más cortos.
Este patio fue donado por la universidad española de Salamanca (años 90's), por un convenio entre ambas.
Cuando entré a estudiar el '96 ya estaba y la gente fumaba ahí.
Hoy mientras comía mi improvisado almuerzo antes de la primera, bañado por ese sol de 12:35pm recordé dónde me sentaba algunas veces con compañer@s a tocar guitarra y cantar en este mismo espacio pero hace 22 años...
Este horario es difícil, creo que la última vez que lo tuve fue en el 2003, pero lo acepté porque hubo una contingencia entre un docente y una carrera, así que mi jefa me pidió que tome el curso para lo que queda del semestre -que termina a fines de junio.
La clase estuvo muy bien,
Por intuir que este curso llegaría con cierta tensión o estrés estuve más relajado que nunca, me preocupé de explicar lo que eran necesario y al final cerramos con una actividad de conversación en parejas que terminó en risas y hasta aplausos(!)
Tal como se me solicitó, escribí a mi jefa que todo había andado bien con el curso...
En la casa soy recibido por la gatita Canela. Aprovecho de usar mi compu para ponerme al día con todo lo que no he podido desde las 11 de la mañana (son las 15hrs ya). Luego mi padre me da un aventón a la cárcel, que está al otro lado de la ciudad.
En el camino conversamos,
me deja en la cárcel y en la primera guardia me informan que se está llevando a cabo un
procedimiento y que se suspendieron todas las clases, que incluso ya se fueron los profesores.
Ok,
dear celular, ¿dónde estás cuando te necesito?
Me devuelvo mientras el gendarme dice en broma "así que tarde libre!"
El procedimiento en cuestión era un allanamiento.
Al acercarme al paradero cercano veo a mi padre estacionado y lo encuentro ordenando cosas en una agenda de papel. Fue una de esas coincidencias que decidió parar para no olvidar eso que debía hacer y que yo llegara. Me volvió a llevar esta vez a la oficina central de la empresa del colectivo donde dejé mi celu ayer.
Me fue mal, ningún chofer reportó haber encontrado algo como mi celu,
claro.
Yo creo que algún pasajero lo vió y decidió
rescatarlo.
Ojalá caiga en buenas manos,
es un celu guapo, que si bien duró un mes aprox. se portó bien.
Es simplecito eso sí
y pasado de moda, un Samsung J2 (creo que ya van en el
J10)?
Y espero no le moleste a quien lo haya encontrado lo trizadito de la lámina de cristal protector que había comprado, pero que se me cayó en una visita no lejana a la playa de noche la otra vez!
(toma lindas fotos el bicho ese)
Tras la poco fructífera visita a la central de colectivos mi padre me dejó en el centro para aprovechar de renovar chip para el celu interino.
Aún no era la hora de cierre pero el local de Claro estaba lleno la sede, mucha gente, hacinados,
más que en la cárcel local y lo sé de primera fuente!
El local es largo pero angosto. Varias cajas de atención al cliente operando, cada sesión es lamentablemente lenta.
Al entrar le consulto al guardia para saber cómo proceder. Hasta ahora sólo había ido ahí para pagar mi cuenta, que es algo súper rápido).
Me señala que me acerque a la máquina "generadora de tickets de turno automático específico" donde quedo en la categoría "Atención general" o algo así.
Mi boleto dice C
247, van en el C
140 (¡más de 100 de espera!). Pienso en sacar mi celu del bolsillo para jugar ajedrez o vagabundear en Internet y así matar el tiempo pero no lo tengo, cierto que lo perdí, já.
y por eso estoy aquí.
Igual es entretenido observar y escuchar a la gente.
Llega alguien de la empresa a pararse en la entrada junto al guardia -que tiene aspecto de gorila pero así como ido.
(como auto explorando su interioridad filosófica, más o menos).
El técnico, por otra parte, se muestra activo y filtra a quienes entran para sugerirles qué botón presionar en la máquina computarizada. Tiene respuestas para todas las consultas que ataja, el local sigue llenándose inexorablemente.
Escucho que a los que entran ahora les advierte que tienen 45 minutos de espera para atención,
al rato avisa que hay 1 hr. de espera.
No vi a nadie darse media vuelta y salir. Todos parecemos dispuestos a terminar este trámite hoy vienes.
Pasa que el lunes es feriado en Chile, una batalla naval del año 1879...
La cosa se pone medio desordenada.
Un tipo a mi lado se cae en cámara lenta, já.
Andaba con una mochila grande como de viajero, la apoyó al suelo, se sentó confiado y la mochila resbaló y terminó digamos de culo a vista de todo el local y muchos no pudimos evitar
sonreír recordar que toda la situación fue muy
kafkiana como en "El Castillo".
Casi todos a mi alrededor capean la espera jugueteando con sus celulares. Los pocos niños que hay se sientan en el suelo ensimismados con su móviles también.
La mamá de uno le dice "voy a pagar a la caja ahora, tú no te muevas de aquí."
En defensa de ella puedo decir que la fila en la caja es pequeña, nunca toma más de 5 minutos de espera
para cobrarte te atienden como rey, para asistirte con servicio al cliente tomá tu tiempo en esperar...
Ahora a mi lado tengo lo que deduzco es una pareja con un compañero de trabajo de él.
Son militares y hablan de pormenores del regimiento.
Ella mira en todas direcciones, es más alta que ellos 2. Tiene un gorro de lana tejido y por su acento deduzco que no es de acá, pero tampoco muy al norte, está de Santiago al sur.
Les hace un par de preguntas.
Frente a mí ha llegado una joven pareja, no más de 25 años ella y él unos 30. A los pies de ella su hijo mira episodios de algo en su celular para, también, soportar la espera.
Ahora son unos 3 los funcionarios que se pasean entre la gente para ayudar a descongestionar, unos repiten a viva voz el número y módulo de atención otros siguen ayudando a la gente que entra al local.
A estas alturas la pareja frente a mí: el niño sigue viendo episodios en su celu, ya ha pasado media hora.
El novio de su joven madre le lame la mejilla izquierda.
Los militares a mi izquierda con la novia de uno de ellos
(que no es de la zona) ahora bromean sobre lo desordenado que anda todo y es que de hecho acaban de llamar al C250 y yo tenía el C247 y recién iban en el C239 la última vez que llamaron a alguien...
De otro lado aparece un cliente que dice que él tenía el C245 y que no han llamado.
Uno de los técnicos nos reubica rápido.
La que me atiende me reconoce como uno de sus profes en la universidad el año 2011. Me deja el chip gratis, jé. En su compu ingresa mi info para bloquear el otro chip pero recuperar mi número.
Y llegando a casa, mi cama me llama.
La siesta está buena y libre de pesadillas.
Me pierdo algunos panoramas nocturnos por la siesta de la tarde, pero la necesitaba.
Ya tengo celular otra vez.
Vuelvo a estar conectado.
Repetiré probar más de un día sin celu. Me gustó lo que gané al no tenerlo y aceptar la idea que no lo tendría hasta cuando pudiera. Me di cuenta que no era tan indispensable como para haber suspendido una clase en la mañana con tal de ir a la "oficina".
Nota mental a compartir: si algún día pierdes o te afanan/roban el celu, aguanta lo más que puedas adquirir uno nuevo, la experiencia de pasar 24 hrs. incluso sin celu ya está guapa.