En el buen sentido y es que en dos semanas más terminamos las clases con los niños. Los funcionarios seguiremos trabajando posiblemente hasta el 23 de diciembre, pero estos días son críticos porque estamos poniendo las notas finales, tomando o inventando casi trabajos para aquellos estudiantes que tuvieron muchas inasistencias en el año.
Tanto ha pasado que me he alejado del blog. Aunque pienso en escribir cada día no siempre apañan los ánimos.
En fin, decido concebir esta entrada desordenada para compendiar para la posteridad (que a nadie le interesará nunca probablemente já) de lo que vivo por estos días.
Como he contado antes, soy profe jefe de un 7mo básico y de mi curso se postuló una lista para el centro de estudiantes 2023 y ganó. La lista competidora tenía la ventaja de ser más variada, había niñ@s desde 4to básico (9 años app) hasta 6to. La lista de mi curso eran 100% compañeros del mismo grado, pero igual ganaron con 69% de mayoría de los votos escrutados. Es una buena lista, tienen la madurez y la mayoría de ellos son estudiantes que llevan más de 5 años en el colegio.
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Todo es frenesí estos días porque tenemos que cerrar notas, pero los estudiantes no siempre vienen. Les decimos que deben venir los que deben nota porque el tiempo se agota y queremos darles oportunidad de rendir algún trabajo que les permita subir notas deficientes y nada, no aparecen siempre.
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Además, el curso mayor, el 8vo, se licencia este año para ingresar el próximo a la enseñanza media chilena (al liceo) donde cursarán sus últimos 4 años de educación obligatoria antes de ingresar a universidad o hacer lo que quieran con sus vidas a los 17/18 años. Con ellos sí que hay más urgencia de cerrar su año escolar antes.
Es tradición en este colegio de corte pro-salesiano hacerles un "pasillo de Honor" el último día de clases, donde simbólicamente se les despedirá de clases.
Para eso hay que "entretenerlos" en un salón mientras los cursos desde prekínder a 7mo se van alineando en todos los pasillos hasta la salida para brindarles un aplauso, lores, cánticos o hasta regalos. La idea es que se lleven un hermoso recuerdo.
Fue entonces que la profe jefe del 8vo, con quien me llevo bien, me pidió preparar algo musical con estudiantes para tener pretexto de que el 8vo debe estar en el salón de actos ya que se le brindará un número artístico sin saber, supuestamente, que en ese instante estarán los cursos bajando a tomar sus posiciones cerca de las 11, hora en que saldrán triunfantes con una linda despedida.
Con el 6to básico, que es un curso con hartos talentos musicales formamos una pequeña banda de 8 integrantes. Tocaremos 3 canciones para el 8vo:
1. Cha cha cha (no recuerdo quién la canta xD pero fue sugerida por las chicas y me dijeron que de seguro el 8vo la conoce y le gustará. Ahí yo estaré tras bambalinas)
2. La voz de los ochentas, de la mítica banda chilena Los Prisioneros, muy del gusto del 8vo, donde me tocará estar en guitarra eléctrica.
3. Mil Horas de los argentinos Abuelos de la Nada, donde también apañaré a mis cantor@s en guitarra. Tengo una chica que se lucirá en el teclado y en general me gusta mucho la vibra de esta bandita, son todos estudiantes del 6to y el 6 siempre ha sido mi número de la suerte, más que mal,
nací un 24...
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Bonus track, a pesar de que Chile no clasificó al mundial, igual es fuerte el tema de los niños coleccionando el álbum de láminas/cromos de los jugadores de las selecciones que sí lo hicieron, incluso no pocos intercambian sus laminitas con nuestro profe de historia, que a sus 50 años es el único del plantel docente que lo está coleccionando también.
Y en las tardes algunos valientes ponemos el partido de turno disimuladamente en la sala de profes para enterarnos de los goles que van y vienen en las selecciones que sí tienen el privilegio de andar por tierras cataríes y aunque no lo crean, apoyamos a cualquier país de Latinoamérica. Aunque va pintando un poco difícil la cosa, igual ojalá Argentina o Brasil campeonen. Se lo merecerían.