La U es mi equipo y a veces veo sus partidos.
La última vez fue ayer, como siempre a mi restaurancito futbolero favorito. Como en la fecha anterior habíamos goleado 8 a 1 a O'Higgins de Rancagua me pareció que este partida contra los San Luis de Quillota sería otra goleada épica.
Tenía interés en ese partido pero lo olvidé hasta que gracias a Facebook me entero que el partido comenzaba en 27 minutos. Ir o no ir... Decido ir, apago compus y cosas, cambio pantuflas por zapatos, pesco chaqueta dinero y al paradero.
Suerte divina llega enseguida un colectivo vacío (en Chile el colectivo es como un taxi pero que hace lo mismo que un bus) me siento adelante. Me llega el mal aliento del chofer mientras me conversa algo que ni recuerdo.
Quiero llegar rápido para encontrar una mesa cercana a algún tv (y necesitaré ir al oculista pronto).
El día está nublado pero claro, el chofer saluda a los demás pasajeros que recoge y su mal aliento parece inundar la estancia. Llego por fin al paradero, pienso que aún está claro y entro. Pocos comensales pero unos que de tanto ir nos hicimos amigos porque están a diario ahí bebiendo, los saludo e intercambiamos parabienes (no venía a ver fútbol desde el año pasado...)
Un saludo también a la amable y siempre sonriente cajera y busco una mesa favorable. Me doy cuenta que los tv están mostrando otro canal.
Dudo si realmente era hoy el partido y a las 20:00... mi reloj marca las 19:52 así cuando llega mi garzona le pregunto si pondrán el partido. En voz alta y asegurándose que los amigos de la otra mesa escuchen dice que no lo pondrá porque es de la U a lo cual confieso hasta yo eché a reír (los amigos de la otra mesa son del archirival, Colo Colo y aparentemente esa garzona también) sin embargo son todos buena onda y de la risa pasamos a un jarro sacado de la nevera (como me gusta a mí) en el venía lo que sería mi primer jarro de cervecita (de 3). De inmediato el tv es cambiado al canal del fútbol con volumen in crescendo para poder disfrutar los preliminares del partido, agradezco a la cajera con pulgar arriba y sincera sonrisa, como bien se dice, más vale tener amigos que plata...
Distingo otra mesa más cerca de un tv vacía, me desplazo a ella señalándoselo a la garzona, todo bien.
Excepto por el partido donde empatamos y con un penal a nuestro favor medio dudoso más encima.
Sí, creo que así se podría llamar esto, aunque el nombre da lo mismo.
Hay más tiempo disponible, el trabajo es menor y pero la plata igual se hace presente.
A veces siento más intuición que inspiración pero disfruto ambas cosas. A veces cuando uno tiene demasiado trabajo parece acallar un poco a estas dos características.
Las cervezas acompañan y también la música. Tan variados estilos discurren en días de semi vacaciones.
Y así llego a viernes sin recordar bien cuándo fue que era sábado porque cuando uno la está pasando bien pierde el sentido de los días, obviamente (y en esta vida nada es obvio).
Se me pregunta que si saldré de vacaciones o a veces directamente a dónde iré.
La verdad el dinero no acompaña a menos que hiciera alguna locura como gastarme ahorros pero tampoco siento deseos por viajar. Tengo mucho que hacer en mi casa y además mi gata es como parte de mi familia, dejarla sola por más de un día es horrible.
En fin, siempre estoy entretenido y ahora más, que tenemos hermosos días incluso aquí en la helada patagonia. Da gusto, días largos aún y noches cortas, temperaturas que por única vez en el año te permiten tener ventanas abiertas y calentador apagado-todo-el-día.
Hay buenos sueños por las noches, se acaba la enfermedad y el estrés y llega la noción de que así
debería
ser
la vida
unas constantes semi vacaciones, mezcla de trabajo en lo que uno disfruta, descanso y tiempo para la auto realización.
Mi gran amigo argentino autor del muy recomendable blog "Cuando el Arte Ataque", me preguntaba sobre el gran David Bowie y es que debo partir aclarando que conozco de su música menos de lo que quisiera.
Si bien gracias a mi hermana mayor escuché cosillas de él en los 80's no supe más hasta cuando me enteré que en el Unplugged de Nirvana se había hecho un cóver de un tema suyo (dicho sea de paso todos en Nirvana eran fans de David Bowie...)
Aún así confieso que no conocí nueva música suya (me he perdido la mitad de mi vida lo sé).
Luego, hace unos 2 ó 3 años el astronauta Chris Hadfield hizo un cóver en el espacio(!) de esta canción que justamente y de modo visionario reflexiona sobre alguien que está en el espacio en su nave de lata y algo sale mal y se despide su familia en la tierra porque sabe que no logrará sobrevivir... (el astronauta canadiense por cierto retocó la letra para dejarla más optimista ;)
Ah, pero cierto que en los años 90's y ya que me gustaba Iron Maiden seguí el proyecto solista de Bruce Dickinson (el vocalista) de 1990 donde hizo un cóver del tema de Bowie "All the Young Dudes" (así que el vocalista de esta banda Heavy Metal también admiraba al camaleón...)
Y bueno, qué puedo decir, era un grande el Bowie ese, pero recomiendo más la entrada de un fan honorífico, no de los que ahora sólo puso videos de él en Facebook sino de los que seguía su trayectoria desde antes que Internet existiera, particularmente la entrada que mi amigo hizo para honrar su partida al lugar donde todos un día llegaremos también. Link aquí.
En mi casa hay más polillas que antes. Por ahí escuché que son plaga en Chile por estos calurosos días.
Sin embargo no veo arañas (que podrían ser sus naturales depredadores), que sí abundaban en invierno.
¿Dónde están esas arañas cuando se les necesita?
Si se acaba el hielo en tu refrigerador (nevera o heladera no sé como se diga en otros países la parte esa que congela) y necesitas para tu whiskey lo mejor es poner el chorrito de agua fría: el hielo del pobre.
Existe la danza de la muerte, pero también debe existir la de la vida.
Como tomarse un vaso de agua, como mirar hacia el cielo celeste tranquilo y energizante a la vez.
Cuando pienso en la danza de la vida tiendo a ver más un espiral que figuras cuadradas. Casi como en esta canción que puse.
Donde todo va en perfecta armonía y sincronía aunque muchas veces tomemos vasos de agua como tempestades.
En la danza de la vida hasta la mente danza y derrama alegría, como ese vaso que llega cuando más debe.
L.
se llamaba este amigo que lamentablemente ya no camina entre nosotros
pero este post se lo dedico.
A
L. se le diagnosticó una enfermedad fulminante que por ahora no vale
la pena detallar, excepto contar que le afectaba los órganos
fundamentales incapacitándole para funcionar y tener una vida
normal.
La
única opción era un trasplante. Sin embargo aquí había tres
grandes problemas catastróficos:
1.
Que si sólo un trasplante es carísimo (al menos con el sistema de
salud en Chile, muy similar al estadounidense, donde la salud es un
negocio y en clínicas privadas manejadas por empresarios se accede a
servicio de calidad, mientras que en el sistema público la gente se
muere en los pasillos esperando por horas atención.).
2.
Que no es nada fácil encontrar donante de hígado, menos de páncreas
y otros dos órganos internos para un solo destinatario.
3.
Que las prioridades nacionales para recibir donación de órganos son
por lo general niños o adolescentes, alguien mayor de 30 y sobretodo
de nivel de ingresos digamos medio-bajo cae bajo en la larga lista de
espera y aquí no había tiempo.
Se
conversó mucho en la familia, si bien él tenía a sus padres aún
vivos vivía solo y en general llevaba una vida normal. Era evidente
que aunque la familia lograra reunir el dinero, a punta de créditos
bancarios de por vida, venta de todo lo que poseían prácticamente y
ayuda aquí el obstáculo mayor no era la falta de plata sino de
donantes y de voluntad para salvar su vida por ser mayor de 30 y con antecedentes de ciertos cigarros de cuando en cuando y alcohol
digamos no precisamente escaso. Pero es que L. disfrutaba la vida al
máximo, a cada instante y por eso no nos extrañó que incluso en
sus días más obscuros mantenía el optimismo, nos enseñó a todos
a valorar cada instante como si fuera el último (porque a él le
dieron 2 meses de vida los doctores), nos daba ánimo cuando nos veía
preocupados y nos hizo ver que mientras muchos de nosotros podemos
entristecernos o preocuparnos por perder algo, por un mal amor o un
problema en el trabajo, hay otras personas que les dan sólo 2 meses
de vida, “la vida puede ser siempre peor amigo, pero de ti depende
sacarle lo mejor!” le gustaba decirnos cuando incluso estaba en la
cama del hospital.
Hasta
que el milagro ocurrió: como mencionaba antes, el movimiento y las
gestiones para reunir dinero no escasearon y de pronto gracias a un
doctor que se había perfeccionado recientemente en Japón nos
enteramos de una especie de aparato “sustentador de vida” que se
había desarrollado precisamente para pacientes adultos que desean
llevar una vida más o menos normal: trasladarse, trabajar, etc. Lo
fabuloso de esto es que no se requería estar en cama ni depender de
un artefacto en tu pieza: la máquina sustentadora de vida era
portátil, se ponía en un bolsito no más grande que 20 centímetros
a la altura de tu espalda baja y conectada al cuerpo realizaba
funciones básicas y además monitoreaba tus índices vitales
comunicándotelos en todo momento a tiempo real a un visor o si
preferías a tu teléfono móvil. Espectacular, ¿el problema?
Precio. No hace falta detallar los miles de dólares si no mencionar
que se lograron recolectar.
El
ingenio llegó.
L.
se adaptó rápido a vivir con ese pequeño bolsito colgado a su
espalda y conectado a sus entrañas pero que le permitía caminar con
autonomía (las baterías tenían una duración fabulosa), salir,
trabajar, e incluso recrearse -en todo el sentido de la palabra.
A
todos nos pareció más sabio, se puso más atento al momento, dejó
de preocuparse, siempre estaba sonriente y a veces cuando yo u otro
amigo entre copas le preguntaba cómo era que sabiendo que su vida,
si bien salvada, pendía de un hilo podía demostrar ese sincero
optimismo de todas maneras nos decía que la vida era para
disfrutarla a cada momento, que él toda su vida había considerado
ese un cliché pero que ahora que le tocó en carne propia era
distinto el cuento...
Su
positivismo era honesto, con quien esté mantenía la misma sabiduría
de aprovechar cada instante y mandar a volar lo que es futuro y
también pasado, que lo que valía eran los minutos que la vida nos
brindaba en este ahora. Confieso que todos nos contagiamos de aquello
y re-descubrimos casi en un sentido Zen o budista lo de estar en el
ahora, “mindfulness” como le llamaba un amigo psicólogo.
Lo
que continúa es la parte más triste de este relato, el que me hizo
llorar y aún me causa esa emoción.
Resulta
que como L. descubrió la intensidad de la vida cuando se entregaba
plenamente a ella se puso confiado, decía que todos los seres
humanos tenían un propósito en este mundo, incluso Hitler(!) y que
ese delincuente que te quita tus pertenencias en la calle también
tenía su propósito en existencia tal como una hiena que le roba la
caza conseguida con sacrificio por un leopardo o ese rayo que
repentino cae del cielo ocasionando incendios estivales en zonas
donde miles de criaturas mueren, que la clave estaba en aceptar la
vida más que resistirla nos decía en sus últimos días, o al menos
eso recuerdo yo.
Fue
así como se enteró de la muerte un amigo cercano suyo, quiso
asistir pero no a funerales ni ceremonias religiosas. El quiso
escaparse con ropas holgadas y encima el aparato colgante que lo
mantenía vivo hasta el cementerio una tarde días posteriores al
fallecimiento, solo. No se lo contó a nadie. Quiso de todas maneras
pagar sus respetos a quien se le adelantó.
La
narración que sigue es producto de lo que la policía local y los
medios informaron, yo -dejo constancia- no presencié esto, pero sí
doy fe que es verídico, y más aún doloroso.
L.
llevaba ya algo así de un mes con la máquina sustentadora de vida
cuando se acercó una asoleada tarde al cementerio. Llegó rápido a
lápida. No se sentía triste porque recordaba con cariño a este
amigo y tras su experiencia de vida aprendió que quienes se mueren
sólo se nos adelantan: para allá vamos todos. La familia del
fallecido lo puso en un mausoleo, entró. El mausoleo era amplio,
como esa familia, más luces entraban por ventanas. L. se detuvo un
momento frente a la cripta para tal vez meditar, orar, agradecer,
recordar, o simplemente estar. Había más gente alrededor visitando
otros seres queridos, de hecho un fornido hombre de aspecto rubio y
extranjero se acercó por detrás y esto debe haber sucedido en
segundos:
Con
un rápido y probablemente ensayado movimiento introdujo sus manos
bajo la chaqueta de L. encontrando las mangueras que iban hacia el
interior de su cuerpo, jalándolas con fuerza no tuvo problemas en
desconectarlas, luego removió el seguro que conectaba el aparato
sustentador de vida a la batería de litio y cargó la máquina, que
es casi del porte de una radio de auto, y sonrió con una mueca
silenciosa, se alejó sabiendo que L. jamás podría perseguirlo
porque sin esa máquina sustentadora de vida su muerte llegaba en
sólo unos minutos mientras que lentamente su energía vital se
drenaba inevitablemente.
Nadie
sabe que hizo L. en esos últimos minutos pero no se movió del
mausoleo, ahí murió y fue encontrado con una expresión serena.
Aceptó su muerte con resignación pero debe haber admitido su error
de arriesgarse.
Y
digo arriesgarse porque hay un antecedente que no he mencionado:
dichas máquinas sustentadoras de vida son carísimas, pero
carísimas. Como no todos pueden costearlas, hay mercenarios bien
pagados por rastrear beneficiarios de ellas que estudian y siguen a
la víctima hasta que logran robársela y re-venderlas en el mercado
negro a familias desesperadas. Es un macabro negocio porque estos las
venden más barato que la empresa japonesa fabricante pero aún así
se hacen millonarios, tanto así que manejan redes de operadores que
viajan de continente en continente para, casi como aves de presa,
seleccionar objetivos, estudiarlos y despojarlos de las máquinas.
La
policía internacional está bien al tanto de esta banda pero
aparentemente L. nunca oyó los consejos que le llamaban a ser
prudente y no exponerse solo. La familia también confió que no
llegarían hasta latinoamérica. Pero un tal Krebbers, de azules
ojos, rubia cabellera, musculosa contextura y sonrisa cuadrada se
alejó con la máquina hecha de platino y aún no se encuentra,
probablemente nunca se le encontrará tampoco.
A
veces la vida te da una segunda oportunidad sólo para nuevamente quitártela, casi con una sonrisa como la de ese Krebbers.
Y
bueno, como bien decía L. en vida, todos tenemos una misión que
cumplir en esta vida: si hasta Hitler tuvo una, con mayor razón el
infame Krebbers.
No he escrito porque mi vida ha dado un giro (no inesperado) tremendo ya que la señorita A. junto a su pequeño hijo están en mi casa, llegaron el domingo y bueno, viajaron desde tan lejos y como tampoco conocían estas tierras australes hemos salido casi todos los días y en las noches jugamos algún juego de mesa, cantamos, o simplemente conversamos.
De todos modos he tenido interesantes sueños que me han inspirado a ideas así que si no es esta noche, mañana pretendo retomar mi blog.
:o)
Mi gata es muy práctica. Resulta que los gatos necesitan un baño con arena sanitaria o gravilla. Les gusta que esté limpia.
Mi gata "Canela", es directa: cuando ha pasado mucho tiempo desde la última vez que le cambié su gravilla y ya huele mal o está sucia me lo hace saber a su manera: mea fuera de su baño, pero igual cerca -la saco barata yo porque podría ser peor, he oído historia de gente que le mean su cama o incluso almohada!
No, mi gata mea a 10 centímetros de su caja sanitaria. Mea contra un closet que nunca uso y me enojo pero no la golpeo porque la gata tiene toda la razón, el baño está inmundo y honestamente ni yo cagaría ahí.
La gata me hace saber a su manera que es hora de renovarle la gravilla.
Me deshago entonces de toda la gravilla usada e impregnada ya de orina (al principio absorbe aromas y hace maravillas debo confesar). Luego remojo ese contenedor plástico. Finalmente le esparzo agua enjabonada y seco. Pongo gravilla limpia y mi Canela acaricia su cabezona en mi mano y duerme tranquilas siestas: no más orina fuera de la caja, se da cuenta que su mensaje fue escuchado y nuestra convivencia sigue en paz.
A mí no me gusta el Ku Klux Klan dijo Kris Novoselic en una entrevista para TV en 1992, "y desearía fueran borrados de la faz de la tierra, pero reconozco que mis intereses están por debajo de la libertad de expresión de los demás."
Estaba en sus veinti tantos y el bajista de Nirvana la tenía clara.
Me identifican mucho sus palabras, por mí que el aborto sea legal al igual que la unión legal de parejas del mismo sexo, que los árabes resuelvan por sí mismos sus propios problemas sin un matón que les esté diciendo cómo debe ser su "democracia", que al final no es tan malo ser diferente: a los vietnamitas no les fue mal desde que se decicieron por el comunismo en los 70's y patearon a los gringos fuera de sus casas y tierras. Pero eso no sale en la tv occidental que nuestros gobiernos nos muestran.
En Chile no me gusta ni la derecha pinochetista ni la capitalista y vendida "nueva mayoría" -el actual gobierno. Lo Humanista se acerca más a mis ideales.
El asunto es así: los astronautas en la Estación Espacial Internacional habían ejecutado muy muy bien sus tareas, de hecho de manera sobresaliente, mejor de lo que se había planificado pero no estaban tan contentos a su regreso. Tras las ceremonias, protocolos y actividades secretas se les pidió antes de irse a unos días de con sus familias, que llenasen un formulario.
Ahí se les hacía hablar en detalle sobre su experiencia, cómo la calificarían y por supuesto qué sugerencias importantes tienen (a su regreso habrá reuniones para analizar eso pero esta encuesta daba un norte en el que prepararse mientras los astronautas se daban sus merecidas vacaciones tras cumplir la labor.)
Resultó ser una mujer astronauta quien tuvo el valor de iniciar la observación de que disfrutaban la labor pero podría hacerse en mejores condiciones, más humanas.
También había en la encuesta una sección donde debían decir al menos 10 cosas fundamentales que extrañaban de la tierra a fin de gestionar estudios e investigaciones sobre cómo ayudar a acercarlos con esos ítems...
Y la prioridad número uno de todos ellos fue: poder beber un café fresco por la mañana con vapor y con sabor a café al despertar, no ese café químico que les mandan -hasta Monsanto tiene mejor sabor- dijo en broma una vez el astronauta Patrick Shcbviuk entre amigos de confianza...
Se les dió mil explicaciones. Más no se les solucionó el problema de encontrar un café que no sea el que viene empaquetado y listo para disdfrutar a través de una bombilla dentro de un bolsito tipo pouch. Y es que bueno, en cero gravedad es imposible beberse cualquier líquido como lo hacemos en el planeta.
Al final los otros astronautas solidarizaron con el grupo, incluso públicamente y a sabiendas de que la razón por la que no se ha inventado un café decente para el espacio es porque no es rentable, así de simple, ahora claro, desde el punto de vista de quienes financian esto. De hecho todo es siempre financiado por algo o alguien para que pasen las cosas, ¿no?
Para los inversionistas lo primordial son los resultados y aprendizajes que se traigan desde el espacio "y que nos hagan ganar dinero" , la NASA asiente (no sólo del gobierno se financian ciertas cosas...)
Los astronautas que ya no volverían a la estación y también aquellos en preparación para misiones agendadas para futuro decidieron tomar acción para mejorar la calidad de vida de sus compañeros de ahora y el futuro: donar un porcentaje (desconocido) de sus sueldos (que en los EE.UU. son altísimos para estos funcionarios) a una cuenta única y con ese fondo financiar investigaciones y desarrollo de métodos para llevar los detalles no contemplados por las agencias oficiales y que se centran en la calidad de vida para los humanos que allí están; incluso como algo para nosotros tan trivial como un café de calidad para los astronautas porque todo lo demás lo tenían: la tecnología, la comunicación hasta por video conferencia en tiempo real y las tareas asignadas estaban soportables, pero el no contar con los pequeños detalles que en la tierra nos satisfacen, como una taza de café por la mañana, es una de las cosas
Bueno igual ayer caminé bastante.
Dormí como un puto lirón.
Hubo un sueño grandioso sin embargo -irónicamente- porque además bebí más de la cuenta antes de cerrar mis ojos.
Soñé con mis padres, los abrazaba y sentía ganas de llorar. Quizá lloraba, no lo recuerdo.
Luego mirábamos por fuera de la ventana porque se levantaba un ridículamente monumental erupción de volcán.
Chorro vertical de lava que deja pequeño cualquier otra erupción volcánica de los que hemos tenido últimamente en Chile.
Erupción fatal. Luego empezaba a descender ceniza. Todos sabíamos que sería tóxica más nadie tenía mascarillas a mano. Yo me sentía enojado en el sueño por eso sin embargo ya era tarde.
Desperté.
Eran las 17:45 y mi gata seguía durmiendo a mis piernas.
Si fuera cierta esa creencia de que los 12 primeros días de enero representan cómo te irá los doce meses del año entonces mi febrero será interesante.
El nuevo año es ahora, tal como el 2015 o el 1981 o el 1977 cuando recién abrí los ojos a este mundo en este país en esta ciudad...
Sólo puntos, no tengo ganas de ordenar nada:
Pleno verano, los días se hacen más largos. Iba a trabajar en este mes en una librería para ganar dinero extra, finalmente lo pensé bien y dije no.
Por fin terminaron los fuegos artificiales, mi gata no se asusta con ellos en todo caso -- de hecho estuvo entretenida cazando una polilla que justo a esa hora tuvo la mala ocurrencia de volar cerca de la lámpara. Ya no veo polilla y mi gata se fue a la cama.
Una amiga suele decir "más vale tener amigos que plata" y es cierto: 2 amigos me financiaron la oportunidad de poder ver a Iron Maiden este año 2016 en Chile en marzo. Uno me obsequió la entrada porque él también va a ir y el otro me ofreció comprar el pasaje desde mi patagónica ciudad hasta Santiago y que se lo devuelva en 36 meses si quiero, como si esto fuera poco, otro buen amigo desde los tiempos liceanos igual me ofreció hospedaje en su casa si quisiera. Lo interesante de esto es que dos son amigos desde el liceo o sea desde comienzos de los 90's y el otro sólo desde hace unos 5 años así que es verdad también eso de que la amistad no se puede medir en el tiempo. Sin embargo espero con ansias ese 11 de marzo porque sigo a Maiden desde 1991 cuando tras enamorarme de Enter Sandman (y The Unforgiven) de Metallica (antes de eso era fan de Depeche Mode) comencé a buscar algo que sonara "como a Metallica", un amigo del barrio me prestó un cassette de Iron Maiden de 1981, el "Killers" que más tarde no sé si me regaló o vendió pero lo escuchaba todo el día y aluciné con ese disco. Así comencé a adquirir con mucho esfuerzo todos los cassettes o CDs hasta el día de hoy, aunque confieso que desde lo que sacaron en 2000 no me encantaron más con lo nuevo pero no importa, de hecho en las últimas giras suelen siempre tocar los temas clásicos de la era 80-90. Esa experiencia que viviré de ver por primera vez a esta banda sin duda motivará un post por aquí...
Este 2016 se inició estupendamente. Encontré por casualidad en youtube un hermoso tema que estaba en mi retina pero que había olvidad por completo: How many lies de los Spandau Ballet. Creo que lo he escuchado unas 10 veces hoy.
No creo en los recuentos del año que se fue ni los planes para el que viene. Será como deba ser, tal como ha sido. Parece que fue solamente ayer cuando me levantaba una mañana y encontraba a mi padre en casa tras haber ido a competir a Santiago en un torneo de Ski. 1983. O un buena noche en 1987 en que mi gata de ese entonces (la Capri) tuvo sus 4 gatitos en mi cama, dentro de las sábanas, já. Así también puedo sentir que fue sólo hace unas horas que me gradué de 8vo básico, me pregunto si soy el único que le pasa esto, no lo creo. Es porque la vida siempre es hoy. Eso sonó como a título de canción del gran Cerati. Y fue sólo anoche -me parece recordar- en que por primera vez besé a una mujer argentina que era prima de una ex, já, 1997. Tengo memoria para años, más no para nombres ni caras.
Si una meta he de proponerme para este año confieso que prefiero más una meta para este mismo instante y ella es estar más en este perfecto momento. Tanto se conjugó para que yo pueda estar aquí ahora tipeando, saludable, rodeado de lo que me gusta en esta noche tranquila. No puede uno ser mal agradecido de la vidi.
El otro día me tocó navegar por el mar, en un día asoleado y por aquello más encima me pagarán.
Resulta que se acerca la época del año en que tendré vacaciones. Todo bien, como todo buen profesor en este país son casi 2 meses.
El problema es que las deudas siguen como si yo siguiera trabajando (no me pagan en vacaciones porque no tengo contrato, laburo a honorarios) pero el dinero no sigue entrando... y yo ¿bueno para ahorrar? never.
Uno se las ingenia y salen ideas así que me las doy de guía turístico já.
La agencia me citó para el Sábado 26 de diciembre pasado a las 6 de la mañana, cuando aquí no hay locomoción prácticamente. No importa, un taxi me llevó puntualmente al puerto.
No muchos barcos pero sí un gigante crucero blanco a la distancia desde donde en una hora aproximadamente comenzarían a venir mis turistas.
Este trabajo lo he hecho otros veranos así que no es difícil.
----Iba hasta aquí y me aburrí de escribir este post, já cosas que pasan.
Fin