Y sí, debo ser un chileno atípico porque aquí, al igual que en Argentina y supongo Uruguay, todo el mundo es fanático de los asados.
A mí me cargan. já
Primero enumeraré las razones que podrían jugar un poco a favor,
Cuando la carne queda bien hecha, suele ser rica y si además -cosa poco común en la Patagonia- la acompañan de papas cocidas y ensalada de tomate con lechuga, incluida la mayo y pancitos puede resultar un plato placentero y contundente, no quedas con hambre, y el estómago se afirma para las cervezas que suelen consumirse en el evento...
Ahora, el por qué no soy fan del tema: sueles cagarte de frío. Hueles a humo y toda la ropa que lleves también.
Es raro que te den en el gusto, quedas a la suerte del "parrillero" de turno, y no pocos insisten que la carne mejor es aquella a la que le falta cocción, o sea rojienta y a mi gusto cruda. Muchas gracias, pero tal vez hace 9 mil años en las cavernas me hubiera gustado así; hoy por hoy inventamos el fuego, así es que hay que usarlo para cocinar cosas como la carne: soy de los que le gusta bien cocida. Merci Beaucuop
Mi experiencia en casi el 90% de estos eventos es sólo comer un 10% de la porción que me sirvan (la parte cocida digamos, no la cruda) y el resto dejarla en el plato. Cagándome de frío, tomando unas cervezas a estómago vacío y yendo a acostarme apestando a humo.
Esto es sólo cuestión de gustos, aclaro con firmeza, hay gente que no tiene dramas con oler a eso, y le encanta la carne a medio cocer, todo bien.
Sigo: normalmente el ritual puede incluir en esta zona carne de cordero, que tampoco me gusta. Muchas veces terminas incómodamente apoyando el plato en tus rodillas y comiendo con las manos, no sé, para mí la evolución no fue en vano, traedme esas servilletas al menos y con tenedor + cuchillo no me ofendes.
La ropa... se mancha, pero eso también depende de dónde uno se meta o qué se le caiga,
Por ahí después de unas horas el fuego se apaga y o bien te quedas en el quincho cagándote de frío o bien debes entrar a un lugar apestando y con la vista maleada por la exposición al humo. Al día siguiente te encargo el dolor de cabeza.
No sé, me quedo con los restoranes y los platos en la mesa, debidamente cocidos, acompañados y sin olores a leña quemada. No me gustan los asados, pero siguen invitándome a ellos.
Agradezco las invitaciones, pero no, no soy el tipo de los asados.
Actualización: tras publicar, me quedé pensando en la entrada y recordé que hay un detalle importante no mencionado. Que como estos eventos suelen ser al aire libre, debo admitir que la vista de las estrellas suele ser hermosa cuando es en el campo.