Vendría un tasador para tomar algunas fotos a la casa que arriendo. Los dueños aparentemente están asegurando la suya y esta.
Todo mal porque anoche tuve una visita y hubo mambo hasta tarde y la casa estaba dramáticamente desordenada.
Me tuve que levantar antes de lo normal para poder encargarme de ocultar las cosas más incómodas :)
y no alcancé a hacer mucho cuando golpearon a la puerta.
Salí con mi mejor cara a abrir, confiaba en que sólo llegaría el tasador, pero no, también vino con la persona dueña de esta casa. Me disculpé por el desorden explicando que justo los domingos hago aseo y ordeno :P
Por suerte el tasador se puso a tomar fotos y en eso llegó mi gata al living. Cosa extraña porque no suele acercarse si hay extraños de buenas a primeras, y menos dos! Funcionó, la dueña de la casa (con quien por cierto tengo excelente trato) vio a la gatita y le gustó. La Canelita (mi gata) se mostró mimosa y durante esos segundos la atención giró en torno a la minina y no la casa. En eso llegó el tasador de la pieza, todo ok (creo que no tomó más de 3 fotos) y se fueron.
Mi gata me salvó la vida.
Lo que contás podría ser interesante para una ficción, un corto de cine, en que alguna escena la cámara sería el punto de vista de tu gata. O una historieta en que terminaría con vos diciendo a la gata: Me salvaste la vida. Y tu gata con un globo de pensamiento: -No sería la primera vez.
ResponderBorrarY aquello que mencionas como mambo sería lo que creo leer entre líneas.
Muy bien contado.
Saludos.
Tienes buen ojo master, muchas gracias por tus palabras :)
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