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miércoles, 10 de mayo de 2017

A la cárcel

Fui citado a presentarme a las 15:00 hrs.
En el camino no podía dejar de pensar en que justo hasta hace unos pocos días había estado escribiendo sobre cárcel (el post  llamado "1984")
Bien, nunca antes había ido, pero logré encontrarla gracias a Google maps, la cosa está algo retirada del centro de la ciudad digamos.

De cerca no impresiona tanto porque está como en un "hoyo". Uno entra "desde arriba". 
Quizá algo simbólico para representar de que cuando llegas a esto es porque definitivamente descendiste.

Entro por el estacionamiento. Ahora empieza una reja metálica y un acceso con una garita y un guardia con el uniforme de los gendarmes chilenos:




Sale a atajarme. Me pide la tarjeta de identificación nacional que en Chile llamamos "Carnet de identidad" o "carné" más informalmente... 
Le explico el propósito de mi visita (estoy preparando un post para mi blog y quiero ver esto in situ, já.)

Hace un llamada con su aparato de comunicaciones:



Pasa el aviso de quién ha llegado y desde adentro dan el OK a mi entrada. Me observa un rato y me deja pasar.
Me acuerdo del cuento de Franz Kafka "Ante la Ley".

Sigo aún por calle pavimentada y autos, aún no veo la estructura de hormigón gigante que esperaba.
¿Estoy en el lugar que se supone debía estar?

Y luego otra garita, esta luce más como una oficina. Se ve todo nuevo -de hecho esta cárcel es nueva.
Entro, huele a esa cera industrial, huele a tráfico intenso, a botas lustradas, a gente.

Hay una pared con un hoyo desde el cual los que llegamos podemos comunicarnos con los gendarmes que adentro parecen hacer trabajo de oficina. Uno se levanta, me saluda y le explico el propósito de mi visita. Solicita mi carné. Se lo entrego y abre un "locker" para guardarla, además me pregunta si llevo celular, también se lo entrego -no está permitido ingresarlos. 
Le explico que he llegado con media hora de antelación que desearía esperar afuera a que sean las 15:00, todo bien.
(mi adelanto se debe a que no sabía exactamente dónde esto estaba ni cuánto me tomaría llegar, etc.)

Afuera pasan cosas interesantes: el sol brillando arriba, doy unos pasos para salir de este pequeño edificio-entrada y noto una rampla de acceso para sillas de ruedas. Afuera hay una pareja, mayores que yo. La señora carga una bolsa transparente con bebidas (gaseosas) y el que -adivino-, es su esposo, otra bolsa con un queque "brazo de reina" en un contenedor plástico. Me aventuro a especular que visitarán a su hijo...




En Chile les llamamos "Brazo de reina" a estos.

La sorpresa sin embargo vino a mi izquierda. La calle de entrada se interna a mi lado hacia "la cárcel". Un muro de hormigón alto. Muy alto. Difícil o imposible de escalar sin cuerdas o escaleras incluso, pienso.
Y sobre el muro una pasarela para que los gendarmes puedan hacer ronda.

En Chile, por cierto, tenemos tres tipos de policías:
1. Carabineros: ellos cuidan las fronteras, están en la ciudad, uno los llama si ocurre un problema y controlan tráfico, vigilan eventos, etc.
2. Gendarmes: sólo los ves en las cárceles.
3. Policía de Investigaciones (alias PDI). Que son los que hacen investigaciones de mayor complejidad, cuentan con laboratorios y tecnología especializada. Son los menos "militarizados" de los 3. Están también en las aduanas internacionales, muchas veces trabajando codo a codo con los gendarmes argentinos. Yo podría unirme de hecho, aceptan a profesionales, pero no gracias, jé.

Bueno, para no irme en tanto detalle, adelantaremos esa media hora de espera hasta el próximo evento interesante: llega una van con vidrios polarizados, se bajan unos 3 gendarmes, uno de ellos fuertemente armado, es un fusil de guerra a mi gusto y moderno sólo lo había visto antes en videojuegos como el Halo o el Quake, já.
Supe enseguida que un reo llegaba...
En efecto se baja un -diremos- imputado con un chalequito amarillo. Joven. Me hago un poco al lado para no obstaculizar la entrada donde estaba parado.
Lo conducen y logro escuchar que viene transferido desde una ciudad cercana.

En eso llega otra pareja con pinta de padres de algún joven con cosas en las manos también. Me saludan. 

Le pregunto al señor la hora. Quedaban 15 minutos. Como estoy sin celular (ni reloj) confío en que podré estimar lo que tarde eso en pasar para entrar a las 15:00 como se me pidió.

Cuando según yo ya había pasado 15 minutos más, entro. Es correcto, justamente se levanta el gendarme que me atendió y me pregunta si hacemos la llamada. Doy el ok.
Pregunta mi nombre, informa por el teléfono que he llegado, luego me dice que viene en camino un emisario a buscarme. En eso entra una mujer, por la confianza con la que se maneja en el trámite del celular y el carnet asumo que trabaja aquí, aunque sin uniforme.
Ella alcanza a escuchar cuando me dicen que viene un emisario en camino a buscarme. En eso el gendarme también me solicita las gafas oscuras. 

La mujer ofrece conducirme, ya que ella va al mismo lado. El gendarme le agradece y me invita entonces a seguirla.

Nuevamente el guiño kafkiano donde las mujeres suelen ayudar a los apesadumbrados protagonistas (El Proceso, El Castillo, La Metamorfosis...)

No quiero perderme detalle de esta caminata, primero a mi izquierda hay derechamente una celda, pequeña, sin ventanas (sin obscuridad) y pintada de amarillo. En un lado hay pintadas unas medidas 1.50cm, 1.70, 2 metros... y así. ¿Aquí medirán a los recién ingresados? me pregunto...

Nos adentramos por pasillos sin ventanas, a mi alrededor todo es concreto o puertas de acero. No es esta la "cárcel" propiamente tal en todo caso, aquí hay oficinas. A ratos salen gendarmes de algunas puertas y saludan a mi escolta. 
Ella se maneja con soltura y claramente conoce esto de memoria.

En el piso, a los costados hay unas especies de zanjas, tienen agua. Seguramente por ahí se va el agua cuando asean.
Una amiga antes de venir me había recomendado ir formal, aquí en efecto todos llevan cabello corto e impecable presentación, esto es como un cuartel militar.

Seguimos por kafkianos interminables pasillos iluminados y pintados de amarillo.
A ratos ella me indica tomar otro camino, y de paso conversamos. 
Yo voy fascinado por lo que voy viendo, aunque lo confieso, también me siento algo nervioso.
De pronto llegamos a una larga escalera que desciende! Ahora entiendo por qué no veía la "cárcel" desde afuera: la cosa es subterránea.
Me recuerda las escaleras que descienden en la estación de metro Baquedano en la ciudad de Santiago...




Seguimos otro rato y llegamos a un pasillo con una reja y un gendarme custodiando. La abre y nos permite entrar. Ella explica quién soy y por qué vengo, él asiente. Me deja pasar.
Tras de mí la reja metálica se cierra fuerte.

Sigo avanzando por pasillos laberínticos. Ella me dice que al principio es fácil perderse...

Llegamos a otro pasillo cerrado por reja metálica. Situación igual.
Luego otr giro y llegamos a un punto donde hay una especie de oficina con gendarmes. Ella nuevamente explica mi propósito y todo bien.

Ya hemos llegado al "colegio".

Y sí, he sido convocado a una entrevista para trabajar enseñando inglés a los internos. Será un reemplazo hasta diciembre para una profesora que saldrá con maternidad.

Ahora sí veo luz de sol que se cuela por el techo. Ella me muestra la sala de profesores*
*cosa curiosa, al margen, que en Chile usamos genéricamente la palabra profesor o (profe) para lo que en Argentina llaman maestros. En Chile, un "maestro" es sinónimo de carpintero, de albañil o gásfiter (¿plomero). Si en Chile dices, recomiéndame un buen maestro, nadie pensará en mi rubro, todos te darán el número de un tipo que arregla refrigeradores o hace arreglos en tu baño...

La profesora que me ha escoltado llega al punto donde debo entrar, la oficina del director.
El me da la bienvenida, me hace pasar tras darme la mano.

Conversamos media hora. Me preguntó sobre mi experiencia con adultos, sobre cómo conozco a la profesora que reemplazaré. Se alegra de saber que llevo años enseñando adultos en la academia, que también enseño en una universidad y que de hecho esta profesora fue mi alumna en pedagogía en inglés.
Todo pinta bien, hablamos de fechas, email, y disponibilidades horarias. Yo tengo plena disponibilidad. Este trabajo es un desafío que me interesa. He enseñado inglés a niños de 4 años, a escolares de primaria, a adolescentes, a jóvenes, a universitarios, a adultos y adultos mayores pero nunca a reclusos.

Parece que la aventura comienza pronto, pero mejor esperar.




Post sin editar, gracias por leer!
:)

2 comentarios:

  1. aunque trabajes en "contextos de encierro" como se suele nombrar el laburo en cárceles, vos trabajas para la libertad.
    Y para la libertad,canto lucho y pervivo (decitelo cuando te sientas agobiado)
    Mucha suerte. Yo tambien trabaje con adultos, enseñando.. durante muchisimos años. El aprendizaje es una ventana abierta, aun cuando estas bajo suelo. Te mando un cuento en ingles, que seguro tiene que ver, con el cariño de tu lectora, https://cheever.wordpress.com/2010/04/08/expelled-john-cheever/

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  2. Justamente la semana pasada asistí a un taller llamado Educación en contextos de encierros donde nos hicieron conluir en el fondo deberíamos trabajar para la libertad!!!

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