Me pasó hoy.
Y más encima venía saliendo de una pesadilla tras una siesta irresistible en la tarde.
Igual cuando por fin logré darme cuenta que eran las 16:45 en la tarde de un jueves y que mi próxima clase iniciaba recién a las 19:20 me relajé, la gatita Canela seguía dentro de las frazadas (en estos meses fríos se mete dentro de la cama).
Me vuelvo a dormir.
Y de nuevo despierto como en un loco bucle que parece ya viví antes...
Tal vez me haya pasado alguna vez. Es bueno saber que se puede dormir un poco más.
ResponderBorrarBien por la mención a la gatita Canela.
Saludos.
Una de mis gatas también se pone dentro... Y si me muevo me rasguña... Insufrible...
ResponderBorrarLo bueno es hacer la siesta!