Salió tan feliz rumbo a casa que en el camino mandó mil mensajes y avisó a todo el mundo que había fiesta esa noche en su casita.
Llegó la gente y
se bebió, se brindó, se fumó, se lloró y se cantó,
se bailó,
se sintieron bien
LA ALEGRÍA SE EXPANDIO
hasta que
alguien golpeó a la puerta,
("este no está invitado")
Y quien había llegado le puso la pistola en la frente y disparó rápido, certero.
Sembró dolor en muchos para aliviar su solitaria perdición.
Cuando llegó la ambulancia al pasaje la luna observaba arriba mejestuosa,
llena...
Qué brutal este relato Nocturno, lo que menos me esperaba era ese final!
ResponderBorrarMe dejaba llevar con tranquilidad por tus letras,pensando que era una de tus reflexiones en forma de relato.
Muy muy bueno!
Saludos!
Lo más triste es que parte de él es algo que realmente ocurrió en mi ciudad hace poco, un loco ebrio no invitado con una pistola trajo una noche dolor a una familia.
BorrarUn abrazo!
Me a dejado intrigada.....y que triste final..la luna siempre es cómplice y se complace al observar... Buen texto.....saludos
ResponderBorrarMuchas gracias!
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