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viernes, 4 de julio de 2025

Elecciones primarias de la izquierda chilena

Cuando en Chile toca elegir presidente, algunas coaliciones someten a sus candidatos a elecciones primarias. De ahí sale uno o una sola. Al frente puede haber 6, pero la coalición suele pegar más fuerte.

Admito que con toda la efervescencia que he estado viviendo en mi vida en el primer semestre de este año, poco había prestado atención a las elecciones que hubo el pasado 29 de junio.

Creo que sería más interesante hablar de cómo fue mi aventura en vez de qué pienso políticamente,

Uwu es vida.



Un par de días antes supe que tenía que votar si quería que candidatos de mi sector me representaran en las próximas elecciones. Así que ese domingo me pilló medio desinformado.

Como sea, la experiencia en estas labores ayuda, fui durante muchas elecciones (casi 10) veces vocal de mesa.

Ya no salgo más desde que me presenté en rebeldía y no asistí, no me arrepiento, jé.

Decidí ir caminando a estas últimas elecciones, y sin contar el pequeño cerro que debo subir para llegar a mi colegio donde debería votar, es una grata excursión caminar sólo 15 minutos relajadamente, respirando el aire más puro del mundo, disfrutando las vistas del apacible pueblo donde vivo, pero donde todo pasaaaaa xD

En fin, se entiende, es guapo caminar.

Llegué al colegio, nadie haciendo fila, jé. Cosa común en primarias en todo caso, también pasó el 2017 con los mismos números.

Mejor, así no perdemos tiempo con el trámite.

Entro y me doy cuenta de que han cambiado las salas donde históricamente se vota (el Servel, no mi cole) Pasa que cuando hay elecciones, algunos colegios deben obligatoriamente ser sede para los comicios. Llegan personajes del gobierno y militares para organizar y cuidar respectivamente todo el proceso, entonces ellos deciden sobre el recinto. Fue así, que me avisaron que debía ir al salón donde estaban constituidas las mesas. Llego, encuentro la mía, veo sólo dos vocales en la mesa (que el mínimo es 3), veo una persona en la casetita de votación. Espero como dicta el manual, que tantas veces leí por ser vocal, já. Se enseña que los votantes no deben llegar y pasar, sino que deben esperar a ser llamados. Tenía sentido, porque tras cada votante que pasa, uno debe preparar el voto siguiente, la estampilla, etc.

La mujer que entonces comprendí limpiaba la caseta era la presidenta de la mesa donde yo debía votar. Mi dice que pase, cómo le explico que pensé que ella estaba votando y que en todo caso uno debe esperar a que se le llame. Me pide el carnet de mala gana, revisan mis datos en el listado y me entrega la papeleta más un lápiz y apunta con su cabeza en dirección a la caseta. Claro, muchas gracias, no me había dado cuenta que ahí se vota.

Entro, voto, nadie me explicó -como dice el manual, que el vocal debe explicar visualmente cómo se dobla el voto, dónde se fija la estampilla adhesiva y lo más importante, que la colilla del número de voto debe quedar visible, NO SE PEGA CON LA ESTAMPILLA, error que era muy común, sobre todo en los honorarios de la tercera edad, pero en fin, logré emitir mi voto. Ser vocal igual es ingrato, implica que debes estar antes de las 8:00am en el local para constituir la mesa y ejercer el deber hasta las 18:00 hrs y de ahí puede alargarse (algunas veces me tocó cerrar mesa recién pasada las 23 hrs de ese domingo. Y al día siguiente a trabajar normal, sí te pagan por el día trabajado. En mis tiempos eran sólo unos 15 dólares, hoy entiendo se paga más, igual hay gente que aprecia esta oportunidad por ganarse una platita extra.

Tras volver a casa, también caminando, sentí cierta ansiedad por conectarme a las redes o tv y saber cómo iba al votación. Además, donde vivo estamos una hora más adelante que en el resto de Chile (la misma hora que en Argentina aquí en la Patagonia) entonces cuando aquí ya se estaban cerrando las primeras urnas a las 18:00 hrs. 

Luego la vida transcurrió como siempre.


"Rondizzoni" (2010) - Fother Muckers (chilenos)