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viernes, 16 de diciembre de 2016

El viento, la creatividad y el servicio militar en los 80's

1.
En esta ciudad casi siempre hay viento, a veces suave, otras veces rachas huracanadas que vuelan techos, arrancan árboles y hasta hacen a la gente caer y terminar en el hospital.
Igual, los que tienen auto no sufren mucho, pero los peatones es otro cuento.
En el centro por ejemplo, la municipalidad amarra cuerdas en algunos postes para que la gente pueda aferrarse a ellas y llegar más fácilmente hasta la esquina. Como se ve en las fotos:




Las mujeres con cabello largo sufren más porque no importa cuánto se peinen o si van a peluquería, apenas salen el fuerte viento levanta y desarma cualquier arreglo ahí.


Aún así, increíblemente, no generamos energía eólica en esta región(!!). El gobierno local siempre ha afirmado que es muy cara. Mmmm...

2.
Recuerdo que hace años, digamos 1987 o 1988 inclusive me había dado por hacer historietas tipo cómic. No era muy bueno para el dibujo ni tampoco tomé jamás cursos al respecto, sólo me interesaba contar historias y a esa edad, de manera gráfica me acomodaba más.
Aún recuerdo fresco los detalles y no descarto un buen día re-escribirla/dibujarla. Probablemente sólo logre reconstruir un 50% de la historia pero algo será algo.

La historia se concentraba en dos robots, uno bueno y otro malo. El malo se llamaba MAFTOR-300 y el bueno, WAKER B-5. Se iniciaba cuando ambos se enfrentaban en cierto planeta lejano. Los órdenes superiores del universo habían dictaminado que el ganador sería el que proteja a un planeta de seres pequeñitos llamados los Atatetrites. Esto muy en la onda de Terminator o los transformers por cierto, que yo miraba de chico, entonces cada uno era como un Optimus y un Megatron y los atatetrites seríamos los terrícolas.

La cosa es que a diferencia de los transformers, donde por más que palizas que se repartieran los robots, nunca perdía o ganaba totalmente un lado. En mi historieta (dibujada a lápiz pasta en las antiguas "hojas de roneo")  triunfó el bueno, Walker B-5 y llegaba al país de los pequeños robotitos que trabajaban día a día para salir adelante con sus pequeñas vidas.

El problema es que obviamente el derrotado Maftor-300 venía de vez en cuando con diferentes artimañas para molestar a los atatetrites o para hacerse con el control del planeta y esclavizarlos. 
Afortunadamente perdía, pero eso no impedía que en cada nuevo episodio llegara con una nueva idea.

Mi mejor amigo en esos años se interesó por mis historietas y me las pidió prestadas. Debo decir que ya llevaba un buen número de episodios y cada uno duraba unas 5 páginas de dibujos cara a cara.
Le pasé una carpeta roja, aún lo recuerdo, con algo así de 15 episodios. Algunos corcheteados, otros, de hojas sueltas.
A él le gustaron y me pidió le preste los "nuevos episodios". 

3. La Tragedia.
Un buen día domingo nos juntamos para ir a los juegos de "arcade", esos lugares ochenteros donde metias monedas a unas máquinas para jugar videojuegos. Al salir me dió las gracias y me devolvió la carpeta roja con mi trabajo de casi un año y los episodios de las historietas.

 Era un día de mucho mucho viento. Como no andaba yo con bolso ni mochila puse la carpeta en mi panza, fijada al pantalón bajo mi ropa para llevarla ahí, cual canguro, con 
tal
mala 

suerte

que se me cayó al piso la carpeta...

en plena calle...

Volaron,

realmente volaron todas las hojas con mis historietas y se diseminaron por la calle y se fueron repartiendo en direcciones y alturas imposibles de agarrar. Con mi amigo miramos en impotencia.

Me ayudó a recuperar lo que pudimos, más quizá sólo un 20% de todo el material. 

Me sentí muy abatido. Tanto trabajo para perderlo por una torpeza así.

Bajamos por la calle para tomar el colectivo, casi sin hablar.

4, Epílogo
Vi unos soldados sentados en unas bancas leyendo algunas hojas recogidas de la calle.
Al menos parecían entretenidos con lo que pescaron de las historietas...

Por cierto, en esos años, el servicio militar en Chile era obligatorio y duraba dos años (tiempos de dictadura) y los domingos les daban libre a los conscriptos.

Nunca más quise reeditar dichas historietas. 
Quizá ya no duele tanto la pérdida en todo caso. 

Quizá ambos robots estaban destinados a desaparecer, tal como después la amistad con aquel amigo de infancia.

Tal vez fue simbólico aquello o tal vez no.

Hasta los días de hoy no me siento exageradamente feliz en presencia del típico viento de la ciudá.


6 comentarios:

  1. tengo un amigo querido en Rio Gallegos, el correlaciona el viento hay que en la ciudad con la altisima tasa de suicidio adolescente. Y con el alcoholismo...y con el no mirar vidrieras: Sin embargo sigue allí.
    Acá hay rafagas de 30 km por hora y nos parece el apocalipsis. Buenos Aires, es, como su nombre lo indica, una ciudad amable. Las cosas que estan destinadas a perderse, se perderan. Y las historietas como las ciudades, se pueden reconstruir, distintas y tal vez, mejores. En cuanto a los amigos que uno quiso, en algun lugar, en este relato por ej, permanecen.Lo que uno amó de alguna manera, termina siendo parte nuestra: lo afirma el psicoanalisis y esta servidora.

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    1. Conozco Río Gallegos, me queda a unas 5 horas en bus hacia el noreste. Cuidad pequeña pero tiene su encanto. Interesante lo que dices, en mi caso al contrario, jamás asociaría viento con suicidio o vicios. El viento es energía, te empuja, te hace caminar con más fuerza, te estimula, te revitaliza y así como se lleva la basura de las calles -muy simbólico- te hace hasta reir porque no puedes caminar.
      Lo que tu amigo observa, más que por el viento creo que lo debe decir porque las ciudades de la patagonia -en ambos lados- están bastante alejadas del gobierno central con todo lo que eso implica y además tenemos en esta latitud muchas más horas de oscuridad en invierno que en el resto de los países. Por ahí entiendo que hasta estudios avalan el tema de las depresiones y suicidios.
      Saludos.

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  2. Tanto viento??!!! Si a eso le sumamos el daño del sol que alguna vez me dijiste parece un lugar inhóspito para vivir 😒

    Me haces acordar a nuestra costa, similar en cuanto a viento pero no creo que llegue al nivel que contas... 👌

    Dos robots peleando... Mi amor infantil por Mazinger y Astroboy nunca decaerá si te sirve de consuelo ja 👍 😏

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    1. Sí, tienes razón, aquí en la punta del cono sur tanto chilenos como argentinos en la patagonia estamos bajo el hoyo de la capa de ozono :(

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  3. Lo de la historieta es similar a lo que le ocurrió a Bart con el comic del hombre radioactivo.
    ¡Queremos ver al menos algo del 20 % que rescataste! ¿Quedó algo?

    Abrazo!

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    1. No he visto ese episodio pero ahora me dieron ganas de buscarlo. Y no, creo que una vez decidí deshacerme de lo que recuperé de las historias, me apenaba leer pedazos pero sí uno de estos días garabatearé lo que recuerdo y lo comparto de una. Gracias!

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