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miércoles, 25 de marzo de 2020

La larga noche

Anoche soñé que estaba en mi casa que quedaba cerca de una playa como la que conocí durante el pasado verano, Cartagena en Chile,

En el piso superior me ponía a mirar por la ventana cómo cruzaba una fila de buques, gigantes, como cargueros, tanqueros y hasta algún yate de un millonario adelantando peligrosamente por el litoral y aguas poco profundas. Era una interesante hilera. En mi sueño yo sabía que ese desplazamiento de derecha a izquierda era debido al virus actual.
Yo sólo contemplaba, mi misión seguía siendo estar en mi casa con ventanas al mar y un segundo piso donde sólo tenía mi escritorio (le había copiado un poco a Neruda lo de inspirarse mirando el mar) y decidía que sería buena idea sentarme a escribir en papel...

**********
Tras levantarme se me ocurrió que en tiempos duros se conoce el temple.

Me observo a mí mismo y a mi alrededor, las distintas formas como todos estamos viviendo esta situación que se metió ya por nuestra puerta directo a nuestros hogares.

La Internet también se metió al hogar y nos trae algo más que el antiguo buzón que poníamos afuera: hoy en día el spam, las fake news, lo bueno, el arte, la agenda de turno, la vida misma...

En mi caso, llevo esta pandemia viviendo solo, creo que quienes viven en familia o con al menos una pareja o un hij@ la deben experimentar con más facilidad, no sé, el pasto siempre es más verde en el jardín del frente reza el antiguo dicho...

Me acordé de mi episodio preferido en la serie Juego de Tronos, el 3ro de la última temporada, título que da nombre a esta entrada. En él, los vivos se enfrentan a los muertos que llegan -a diferencia de otras series con "zombis"- acompañados de una tempestad nocturna llena de temores, obscuridad y peligros.

Los humanos encienden fuego, se refugian en su castillo y resisten con trabajo en equipo coordinado la ayuda de magia ígnea también.



La noche en estos días, no sé qué tan larga será, parece haber llegado para los humanos. Podemos interpretarla como una calamidad o una instancia, quizá tipo"examen final" de aprobación o reprobación.

No sé, no creo que la vida guste de "poner a prueba"; me parece la fuerza del planeta y naturaleza es más práctica.

Hoy caminaba rumbo a un almacén para lo esencial del día (podría "acaparar" un poco y comprar demás, pero no, además me gusta caminar por la avenida donde no tendré contacto con nadie, sólo pisar el pasto y pasar junto a arbolitos.) Pude contemplar bajo el cielo nublado más hongos en el suelo de lo normal. Es verdad eso de que mientras más nos retiramos los humanos la naturaleza vuelve a su espacio. Estos hongos no los veías hace años.

Esto se siente bastante como en esas pelis y series de Hollywood donde zombies andaban afuera y salir era peligroso por ser contagiado o morir. Creo que de alguna forma "nos preparaban" para lo que se venía, en vez de covids19, eran zombis y detrás toda una maquinaria de RRSS observando atentamente cómo se comportarían los humanos -más o menos- ¿correrían a los supermercados? ¿se volverían violentos? ¿qué es lo que más consumirían? y esa preciosa info se reveló en Twitter y otras grandes redes sociales por nosotros mismos. Ellos deben haber tomado nota.

Hoy está materializando de manera muy similar ese escenario y ya se sabe lo que la gente compra.

Mientras muchos pasan la noche con miedo, otros están haciendo los negocios de sus vidas.
Y el planeta sigue girando, esta vez, a arreglarlo como se pueda,
pero entre todos.





5 comentarios:

  1. es tarde, muy tarde y acá estamos: vos poniendo una entrada y yo comentándola. Lo único que me asusta a mi es que esto se extienda demasiado. No ver a mis dos hijas es un precio caro pero soportable. Por ahora.

    Cuando soñamos con esto es que todo se paso un pasito mas de lo que debía. Gran entrada te mandaste eh, muy buena. Saludos master y a pelearla desde donde nos toque...

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  2. Amigo Nocturno:

    Por fin puedo leer y comentar. No sé qué leches pasaba a Blogger pero en el móvil no me permite comentar, y en el pc varias de las páginas aparecían bloqueadas, esta entre otras. Me he alegrado volver a leerte y saber de ti.
    En esta situación impuesta, sorprendente y desubicante (a todos nos está cambiando muchas cosas), me acuerdo especialmente de aquellos amigos que han tenido que pasarla en cierta soledad, sin la cercanía física de familia o amigos. En estos casos la llamada, el whatsapp o el corro (o los comentarios en Blogger, jeje), son una forma de estar cerca y compartir.
    Los sentimientos son parecidos, la sensación de incertidumbre ante el virus, sin descartar que pueda haber una intención provocada que tal vez de ha ido de las manos, o simplemente uno de los riesgos de la naturaleza que nos rodea, y que siempre es a la vez reconfortante y amenazante.
    Nos estamos acostumbrando a la muerte, algo desagradable pero que en otras épocas ha sido connatural al día a día, hoy no; sin embargo, la gran errata humana es que esos avances que nos permiten distanciar la muerte y poder llevar mejor vida, no se han extendido de forma paralela en el planeta, y el gran pecado ha consistido en permitir unas diferencias enormes entre unos y otros, con contrastes insanos que al final, de una u otra manera, traen consecuencias. Si el virus de vuelve más letal en zonas más pobres, sin duda repercutirá en aquellas áreas que puedan pensar que van a salir adelante con estrictas medidas. El mundo hoy más que nunca es uno, y todos nos necesitamos.
    Quiero ver esta pandemia como una oportunidad para que se valore lo realmente importante, y sobre todo para que los ciudadanos puedan presionar a los gobiernos para que empiecen a llegar a acuerdos globales que permitan un desarrollo armonizado de todo el planeta, Suena un poco utópico, pero creo que algo como esto, incontrolable y despiadado, invisible y letal, es lo único que podía hacer que todas las naciones se unieran en un frente común. Ya veremos que pasa, pero los que estaban muy seguros de ser inmunes (Estados Unidos o Rusia, por ejemplo), ya están empezando a ver que la situación se le va de las manos.
    Poco podremos hacer los modestos ciudadanos desde el confinamiento, pero mucho valor tiene el estar cerca de los amigos, el profundizar en diálogo con los familiares, el ser solidarios en la medida de las posibilidades, y para los que tenemos algo de Fe, pedir por unos y otros.
    Dios ayuda, sí, pero no obliga, y si no se ponen los medios por egoísmo es difícil que llegue el milagro; Él obra cuando nosotros iniciamos el proceso, pues quiere que movamos el culo y nos dejemos de lamentos mientras atesoramos sin mirar al que tenemos al lado; de hecho, sólo multiplicó los panes y peces cuando pusieron en Sus Manos lo que habían recogido entre todos. Así funciona la cosa... Y qué decir de echarle la culpa: es la salida egoísta por no querer reconocer la necedad propia.
    Aquí estaremos amigo, en la distancia pero con el correo abierto para escucharnos unos a otros. Fuerte abrazo.

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  3. La sensación es la misma para todos,Nocturno,desde estos 12 días de reclusión,realmente puedo decirte que donde más a salvo me siento es en mi casa. NO sé si es el clima en general que se respira aquí (España) pero,lo cierto es que como en casa,en ningún lado.
    Son momentos difíciles, como dices, estar solo sin compañía, es un reto a batir.
    Seguramente tendrá a la larga un saldo positivo,pero,ahora resulta bastante complicado el futuro a corto plazo.

    Un saludo!

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  4. Animo mi hermano. Y tranquilo y adelante...Por cierto, ahora que tienes tiempo ¿pudiste leer lo que te mandé?

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  5. Leyéndote, tal vez por esa alusión a pelis y series apocalípticas, se me dio por pensar cómo será si esto empeora. Porque por ahora, y hablo desde una posición privilegiada, lo sé, está siendo llevadero. Pensé en mis hijas y me dio miedo. Nos hemos acostumbrado a que todo resulte relativamente fácil (cierto que no siempre) y no sé si tenemos ya los recursos necesarios para afrontar situaciones más complejas aún.

    Ojalá aprendamos por lo menos lo básico, y podamos recuperarnos permitiendo que la Naturaleza también lo haga. O se defenderá con. uñas y dientes.

    Un abrazo

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