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miércoles, 5 de febrero de 2025

Tu desagüe personal

 Parodiando por supuesto el título de la canción "Personal Jesus", de Depeche Mode, describo cómo me he ganado mi propio desagüe, con olor incluido, justo afuera de mi puerta.

Pasa que en mi pueblo acá en la isla, el camión recolector de basura domiciliaria pasa solamente una vez a la semana. El miércoles, para ser más exacto, en mi población (en otros sectores les toca otro día de la semana, y así.)

Horrible, porque por ejemplo antes de mi viaje a Santiago, también viajé a otra localidad cercana y no pude sacar mi basura porque no estaba. Se acumuló, con tan mala suerte que justo tenía pasaje de avión para un lunes y el miércoles no tuve forma de sacar mi tacho lleno de bolsas negras acumuladas hace ya más de una semana por lo que contaba más arriba.

Es uno como este:

solo que sin tapa ni las manijas.

La cosa es que como estuve dos semanas afuera y en esos días hubo lluvias y también calor entró agua, hasta sobre la mitad según constaté hoy porque debía prepararlo para llevarlo a la vuelta de la esquina que es donde pasa el camión recolector. El punto es que el agua pesa, ese barril casi lleno más las bolsas de basura se hacían muy difícil para mí de cargar y me pareció que no era respetuoso dejar así para que los señores que recolectan la basura deban tener que sumergir sus brazos en eso para tener que alcanzar las bolsas más abajo, debía deshacerme del agua.
Obviamente hice lo simple, voltearlo para que por gravedad cayera toda esa agua, que a estas alturas era lo mismo que oler un estanque de agua detenida donde un cuerpo muerto se descompuso durante semanas. Olía horrible. Y yo a mano limpia sacando las bolsas de adentro para que no taponearan el agua que a pesar de estar el contender acostado en la tierra no dejaban salir toda la pestilente agua.
Tras vaciarlo me di cuenta de que algunas bolsas debido a pequeños orificios se llenaron también de esa malograda agua.
Tuve la mala idea de pincharlas con mi dedo índice para que hacer hoyos y que saliera el líquido. Resulto, estaban realmente llenas de agua muerta.

Ahora recién fui a sacar todo el tacho con bolsas de basura que llevan tres semanas de calor y agua... es de imaginar la podredumbre. Además, agregué la basura que generé desde que regresé y debía hacerlo ahora porque el camión pasa durante la mañana, pero no a una hora fija, puede ser a las 9am, como también a las 14 hrs. A la segura, mejor sacarla de noche y realmente dudo que los perros callejeros -que hay bastantes aquí- o michis también, la rompan buscando comida porque supongo hasta ellos aborrecen aquella sepulcral pestilencia.

Yo no me levanto temprano en vacaciones, así que mañana en la tarde espero encontrarlo vacío (alguna vez me ha tocado encontrar algunas bolsas rotas por animales y toda mi basura diseminada...) y bueno, el agua estancada supongo va a compostar mi jardín -que no es tal- y capaz crezca más pasto.

Si abro mi puerta ya no llega la brisa nocturna helada patagónica de verano, sólo pestilencia, mi propia basura con agua y vida me imagino creciendo en ese caldo de cultivo.

La operación de la tarde de sacar el agua de las bolsas y contenedor, por cierto, me dejó las manos impregnadas a ese aroma, que aún siento a pesar de haberme lavado a más no poder con abundante jabón, cremas y perfumes que en algo enmascaran el hedor. La naturaleza hará lo suyo y de seguro mañana afuera ya no olerá mal (gracias al constante viento que secará todo) 

Mis manos ya no huelen tanto a eso malo, pero fue toda una experiencia, producto de una lamentable sucesión de mala suerte en cuanto a fechas de viajes.


"Bachata Rosa" (1990) - Juan Luis Guerra y los 440 (Dominicanos)





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