Pasó el feriado largo y no estuvo mal, no me quejo.
Me gusta trabajar en 3 partes. Cada una es un mundo diferente así que no puedo decir que mi día sea monótono. Y además veo a grupos de personas diferentes cada hora así que aún menores las posibilidades de ver rutina.
Mi día partió por ejemplo en la universidad. Pocos alumnos a la primera clase de la mañana. Avanzaron en su guía, rieron, conversaron y tras esa clase me comí un choripán con café que venden en uno de los quioscos dentro de la facultad (el choripán que refiero es con un batido de chorizo molido + mayonesa, caliente sabe exquisito también con leche con plátano como lo comemos aquí en Magallanes já.)
Segunda clase de la mañana, grupo más numeroso.
Conversan mientras preparo mi escritorio con los materiales que necesitaré y la asistencia que ellos deben firmar.
Apenas explico las instrucciones del trabajo del día comienza un silencio sepulcral que se mantiene inexorable mientras trabajan en su guía. Nadie habla.
Pensé en decirles "pueden conversar, no estamos en un velorio" pero no es aún tanta la confianza, el año escolar recién comienza, ya habrá tiempo para las bromas.
De todos modos mientras yo aprovechaba para corregir unas pruebas dos chicas "rompieron el silencio" pero susurrándose la conversación. Otros sectores repitieron el ritual de hablar bajito para no hacer ruido ni distraer a los que seguían haciendo el ejercicio. Muy aplicados y correctitos en esta carrera.
Tras esa clase el colectivo a casa, un mediodía nublado, con llovizna, algo de brisa helada. Aquí en la Patagonia el otoño pega casi como invierno...
Una hora y media, volver a la universidad para otra clase de inglés -avanzado esta vez.
La anterior hicimos un juego con una aplicación que descargaron en sus celulares. Mientras en la proyección del data adelante, mi compu les ofrecía un quiz para responder, cada uno desde su teléfono móvil (en pantalla proyectado se ve por ejemplo el que respondió más rápido y correctamente y quién va liderando en puntaje, es competitivo sí, pero innovador, interactivo y útil como diagnóstico o ensayo antes de una evaluación Kahoot!, recomiendo la aplicación!)
Hoy sin embargo nos tocaba teoría así que trabajaron en guía. La próxima clase trabajaremos una canción con el tema que estamos viendo (pasado simple).
Otro descanso de una hora en mi casa para luego irme a la cárcel de la ciudad a mis clases ahí. Eran las 17:35.
Sólo una colega en la sala de profesores porque 2 cayeron con licencia médica (el mismo virus que me dio a mí la semana pasada, una gripe) y otro estaba con permiso. Me dirijo a mi clase en el pabellón de mujeres.
Llego a la reja. No veo nadie en la garita de las gendarmes. Digo "¡Hola!", bueno más bien fue en tono de pregunta.
Sale una gendarme joven limpiándose la boca y tragando. Huele a comida caliente en la oficinita y en efecto me explica que estaba cenando. Informo mi nombre, asignatura y alumnas que necesito baje de sus módulos (son sólo 3). Me dice ok, chequea en su listado en la pared y sale rumbo a los módulos pintados color rosa, a diferencia del de hombres, de color amarillo.
Me dice además que pase a la sala mientras tanto.
Llega sólo una de ellas, la gendarme me explica que las otras dos no bajarán hoy por motivos de salud. La verdad la asistencia es "difícil": si bien aparecen para las pruebas en general hay mucho más ausentismo a clases de parte de mujeres que de hombres. De todos modos la que llegó trabaja impecablemente. Yo aprovecho de continuar corrigiendo mis eternas pruebas diagnósticas de la universidad (se la tomé a 6 cursos diferentes...)
No hace consultas, trabaja y copia todo lo que debe copiar. Resuelve la guía de 2 páginas sobre meses del año y números hasta el 20 en inglés.
Le pongo la nota máxima. Un 7.0
Su cara se llena de alegría, nos despedimos y voy a la sala de profesores que hay dentro del gigante recinto penitenciario.
La misma colega tras casi hora y media sigue en la sala en su hora de planificación, me pasa el dato que debo ir a firmar mi liquidación de sueldo donde la sra. Tanto. Como tengo la próxima hora libre (mi hora de planificación) decido ir de inmediato a la oficina de ella. Queda en el corazón de los módulos de la cárcel, donde guarecido por rejas de más de 3 metros de altura funciona el colegio compuesto por 4 salitas, 1 de computación junto a una bodega para las cosas escolares que el ministerio de Educación envía para uso de estos alumnos especiales (lápices, gomas para borrar, etc.) y la oficina de la sra. en cuestión.
Los largos pasillos del recinto penitenciario están tranquilos, a las 16 hrs. los prisioneros no estudiantes son encerrados en sus celdas. Los que están inscritos en la escuela de la cárcel (casi un 20% de la población penal entera) terminan sus clases a las 20 hrs.
Saliendo me lleva una colega con su esposo al paradero que queda a bastantes cuadras.
Tomo un colectivo que en casi media hora me dejará a casi 10 metros de mi casa. Vale la pena. Además hacía frío.
Ya las 21 hrs. Celebro haber pasado por el supermercado al medio día porque a esta hora está lleno.
pd: esta música tocó de fondo en la creación del 80% de esta entrada...
Me alegra volver a leerte y oír tus músicas!
ResponderBorrarUn abrazo
Hola otra vez,
ResponderBorrarMe ha entretenido bastante su narraciòn, parece un nocturno diurno muy ocupado.
Saludos y nos leemos.
es un placer leerte....parece simple tu trabajo...pero no lo es..ser maestro de verdad como vos lo sos
ResponderBorrarque maravilla !!!!!
un abrazo inmenso