Parece que salgo de una para entrar en otra, pero no importa, confío que todo se arreglará pronto y además a parte de eso ya estoy prácticamente de vacaciones.
Hoy según dato de un buen amigo, tendríamos el mejor día de la semana en cuanto a clima. Y así fue, temperatura exquisita y cielo despejado, decidí ir al cementerio para llevar flor a otra flor, mi Mamá.
Queda a unos 4kms de mi casa; me fui en taxi y decidí volver caminando. El día además lo ameritaba.
Tras mi visita al cementerio quedé con una grata sensación y quería disfrutarla al máximo. Caminando tranquilamente pasé junto a flores, árboles, el humedal con sus patitos y aves mientras continuamente a mi izquierda fluía intermitente el interminable carnaval de autos de todos los tipos y colores, adelantándome apurados unos a otros, con rapidez por llegar supongo a sus propios asuntos.
Yo pensaba en todo el espectáculo de la naturaleza que se iban perdiendo.
me gusta que seas positivo en una acción que no lo es tanto. Observar las flores, el clima, caminar viendo el apuro de los demás suena a placer. Que siga así el ánimo master entonces, saludos...
ResponderBorrarAy,me ha emocionado la cotidianeidad de este breve relato de un momento de tu vida.
ResponderBorrarEs que las cosas más ( aparentemente) insignificantes, de pronto pueden contener toda la belleza.
Un abrazo y felices fiestas!