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jueves, 29 de octubre de 2015

Carta de amor



Hay ocasiones en que he escrito cartas de amor. Creo que mi primera fue cuando estaba en cuarto básico y tenía, 10 años? Quizá, recuerdo que me gustaba una niña llamada Carol. Me parece que era una cartita de dos carillas, escrita en dos esquelas que no sé de dónde habré sacado, aunque manejo dos teorías: o bien la obtuve de alguna compañerita de curso o bien de mi hermana, que coleccionaba esquelas en ese tiempo e intercambiaban con una vecina.

Recuerdo también cuando estando en la universidad tuve un fuerte enamoramiento de una niña que observaba en los cambios de hora y en el patio o casino pero que no conocía. Pasé bastante tiempo tan sólo observándola hasta que logré dar con un amigo, KC, que la conocía. Le pregunté a KC si le entregaría una carta mía pero con el compromiso de no revelarme. Aceptó. Entusiasmado escribí una carta explicándole cuánto me gustaba, lo que me atraía de ella, lo que había observado y para tranquilizarla le aseguraba que más pronto que tarde daría la cara para que ella sepa quien era. Por último, le dejaba en claro que no era ningún tipo de admirador obsesivo y que solamente con saber que leería mis líneas yo ya era feliz, y era cierto.

KC me trajo buenas noticias una vez entregada la carta, me dijo que ella quedó feliz y muy curiosa insistiendo en saber quién era. Escribió ella además una carta de respuesta, que me alegró aún más por el carácter inesperado de la misma (no esperaba yo realmente nada a cambio). En ella me agradecía sinceramente y me confesaba que no había leído palabras que le sobresaltaran tanto el corazón (no usó exactamente esas palabras pero fue lo que interpreté). Le respondí y así se dio un hermoso intercambio epistolar que duró un par de semanas. En ese tiempo no era aún popular el concepto de e-mail así que las cartas en papel nos vinieron muy bien.

Llegó el día en que anuncié cumplir con mi palabra y fijar un lugar para encontrarnos; el plan: ir juntos al cine y ella aceptó. Lamentablemente afuera del cine nos encontramos con unos 7 amigos de ella ex compañeros de enseñanza media en el liceo. Me presentó y entramos los 9 a ver la película... traté de no hacerme malas pulgas y recuerdo que nos tomamos las manos esa noche en el cine.
No registro mayores recuerdos y de hecho ya cuando salí de la universidad nunca más supe de ella, pero me parece bonito el que me haya atrevido a eso.

Aún puedo escribir cartas, hoy en día mi visión de la vida es otra y consiento en que se me haría hasta más fácil.

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