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jueves, 28 de junio de 2018

Un cigarro en la nieve nocturna

Salí afuera a fumarme un cigarro. Veo que nevó nuevamente, un poco pero nevó. Está muy muy helado.

El cigarrillo me marea un poco -la maldición de los primerizos en el hábito, sin embargo es una buena compañía, entiendo por qué en la cárcel siempre veo a los presos fumándose uno apenas pueden, parece ser un buen momento de escape, una forma de acompañar tu meditación quemando tabaco, relajación, recogimiento. Como en las películas de guerra, esas donde siempre se ve a los soldados en su rato de descanso encendiendo uno para olvidar por un instante las penurias.

Hay algo en el cigarro que te hace soportar un poquito mejor la existencia mientras inhalas y exhalas el alquitrán y vaya uno a saber qué cosas más trae ese compacto cilindro para aplacar necesidades creadas, inventadas.

Me muero de frío, a esta hora afuera aunque estés muy abrigado se siente cómo en cada segundo tu temperatura corporal disminuye, vorazmente.

La gatita Canela sale a acompañarme, parece aguantar bien el frío reinante, explora un poco y hace sus cosas. Al terminar mi cigarro vuelvo, haciendo bastante ruido pisando la nieve congelada. La gata se adelanta corriendo adentro.

Mi compu ha sido afectado por algún tipo de "malware" que provoca extrañas limitaciones. El antivirus no logró filtrarlo, aparentemente y me encuentro -al hacer una revisión minuciosa- que los "escudos" han sido desactivados. Típico comportamiento de estos "bichos", bajar las defensas.

Había aguantado bien desde 2015 en todo caso... ha llegado la hora de reemplazarlo. Podría mandar a formatearlo pero no vale la pena, hoy en día estas máquinas duran unos 3 años y pronto quedan obsoletas. O bien son incapaces de enfrentar nuevas amenazas.
Por suerte mis archivos vitales (laborales) están intactos y accesibles. Pero no puedo abrir el navegador Chrome, por ejemplo, u otras ciertas aplicaciones: me salta error de que no tengo los permisos de administrador Windows (que hace dos días tenía sin problemas). El navegador alternativo que tenía instalado para estas posibles contingencias -Opera- no responde tampoco, ahora puedo escribir gracias al fiel y nunca bien ponderado Internet Explorer, creo que es la primera vez que lo uso...

Antes de ir a acostarme pienso en la hermosa luna llena de invierno que pude presenciar afuera en el nocturno paisaje nevado.

Parece una noche eterna,
una eterna noche...



6 comentarios:

  1. De vez en cuando pasan estas cosas y como dices hay que "formatear" tal como pasa en la vida!
    Un saludo!

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  2. Lo del cigarro no lo comparto, por suerte viendo los precios, lo desesperados que se ponen algunos cuando no pueden fumar, y lo despreciado y desolado que se deja hoy al fumador, que perdió todo el encanto, el glamour, digo que por suerte no tengo ese vicio. Pero me gusta loq ue dijiste, le da un toque romántico al asunto.

    La luna de estos días es una cosa de locos. Ayer a la noche la estuve mirando rato largo, es curioso que tengamos un satélite tan grande y tan hermoso cerca. ¡Cómo no se van a volver locos tantos poetas!

    Ah, esta entrada hace honor a tu nombre, Nocturno
    Abrazo!

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    Respuestas
    1. Abrazo y aguante los cigarros argentinos de contrabando que aquí llegan re baratos jajaja (hay un impuesto al tabaco)

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  3. Que molestos son los virus de computadoras.

    Todo un personaje la gatita Canela.

    Saludos.

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