Buscar este blog

martes, 12 de noviembre de 2019

Micro rutinas

A veces me doy cuenta de cuánto me gustan las que llamo micro rutinas. Rutinas al fin y al cabo, sólo que de pequeñeces. Siento el impulso por ejecutarlas, sé lo que viene, sé cómo sigue, sé cómo se sentirá y cómo terminará.

Un ejemplo: cuando debo venir a esta isla para mi jornada de 5 días laborales voy al puerto, naturalmente, para tomar la barcaza o ferry que me trae en viaje de 2 horas.
Por lo general pido un Uber desde mi casa, pero a veces también me lleva algún familiar o amigo, la magia comienza cuando me bajo del vehículo.

Lo primero es chequear que la mochila va bien puesta -anatómicamente distribuida. En realidad traigo dos mochilas, una con ropa y cosas en la espalda y la otra pequeña con mi laptop. Esa la tomo con la mano izquierda mientras con la derecha abro el bolsillo de ésta buscando el boleto para el barco (que siempre compro con antelación). Todo esto mientras voy caminando hacia la rampa donde está el imponente barco atracado.

Hay seguridad en este ritual, todo va bien, puedo disfrutar la vista, sentir las olas, la brisa marina, los sonidos tan característicos...
Me sigo acercando, esta vez toca revisar que esté mi cédula de identidad en el bolsillo (suerte de DNI para los argentinos). Es requisito para embarcarse enseñar el boleto y tu cédula para que te dejen subir.

Me acerco a la entrada de la rampa donde ves los mismos funcionarios de siempre, me quito las gafas de sol para que se vea que nada oculto y soy el mismo tipo de la foto del carnet. Revisan mis datos, escanean el código QR de mi boleto y me dan la bienvenida, en ese momento guardo el carnet en el bolsillo derecho del pantalón y tomo con esa mano -ahora libre- la mochila del compu. Cuelgan tiras desde la misma hacia abajo y me encargo de "recogerlas" y engancharlas hacia arriba para que no toquen el las escaleras metálicas del barco, por lo general mojadas -aunque no resbalosas.

Para qué seguir... se entiende la idea.

El punto es que, todo esto tiene un propósito y en este sentido me acuerdo del creador de Facebook cuando contaba que le gustaba usar siempre una camiseta o sudadera gris para que así no deba destinar energías por la mañana decidiendo qué ponerse, y concentrarlas en otros asuntos más prioritarios o qué sé yo. bueno un multimillonario como él puede vestirse como se le plazca en todo caso...
También lo experimento así, al poner ese "piloto automático" en ciertos momentos y dejar que mi cuerpo actúe más por memoria física que por consciencia en cada acto puedo prestar atención a otros aspectos que siempre me parecen nuevos: en el último viaje por ejemplo recuerdo que me llamó la atención zonas de óxido en las cadenas que van expuestas al agua salada. Miré hacia el agua intentando ver el fondo.

Puedes descubrir pequeñas maravillas cada vez que no es necesario prestar atención a cosas que se "resuelven por sí solas" y ahí está sucediendo la vida, no en mis boletos o mochilas, sino en lo que se va presentando frente a mí, incluyendo las personas.

Estas pequeñas rutinas me las he memorizado ya, y a veces fantaseo con que fácilmente un espectador prestando atención a lo que hago podría con éxito predecir mis movimientos: ahora se llevará la mano al bolsillo derecho, ahora guardará las correas de la mochila para que no se mojen al contacto con el piso, ahora se volverá a colocar las gafas.



3 comentarios:

  1. Hola Nocturno!! Es cierto lo que contas las mini rutinas hay que disfrutarlas porque sin ellas no podríamos realizar las otras tareas principales. La canción es acorde al tema de tu entrada, me gusto!!
    Besos.

    ResponderBorrar
  2. ...rutinas...Bien. Y en cuanto a la canción...El mismo Puma es un ejemplo de lo que canta

    ResponderBorrar
  3. Esas rutinas nos permiten ser un poco más eficientes y, como dices, centrarnos en otras cosas. Aunque a veces me enfado conmigo misma por las mías y me digo que debería cambiar alguna de ellas.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar

¡Gracias por leer y comentar!