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domingo, 10 de noviembre de 2024

Ha llovido

 Nunca me gustó mucho, pero tampoco me victimizo; a mis 47 años de existencia quizá sólo pasó dos veces o no más de 5. 

Cuando uno estaba en la pieza preocupándose de sus propios asuntos y te llamaban a saludar a las visitas que acababan de llegar a veces era fome

Igual había gente interesante que llegaba, mi Padre tenía amistades bien potentes, recuerdo uno en particular que dijo una vez de mí  y me impresionó a mis quizá 9 años de edad: "este cuando sea grande a va a ser diplomático". ¿qué inspiraría a decir aquello? tendría que habérselo preguntado, já.


En otras ocasiones, había que dar la mano o también responder a preguntas más o menos repetitivas, já.

En esos años deberían haberme preguntado qué se siente dar vuelta el Bruce Lee en Atari800XL...

en menos de una hora!!



Asumiendo que mi recuerdo pudiera más o menos ser un válido predictor de cómo es la mayoría de los niños de esa edad en este tiempo, actúo pensando que se debe sentir igual de fome que mientras estás dándolo todo en algún juego de Roblox con tus compas echado en la cama conectados por micrófono, te llamen desde el living para que vengas a saludar al "tío" já.



 "Il Mondo" (1965) - Jimmy Fontana






4 comentarios:

  1. Son pequeños compromisos de la infancia. Un beso

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  2. Yo me acuerdo que no una, sino varias veces me llegué a esconder con tal de no saludar o no despedirme de las visitas. Ciertas visitas. Pero ya cuando cumplí 59 años me decidí por no hacerlo más. Voy de a poco jaja. Va un abrazo, Nocturno.

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  3. ¿Te tocó ser la visita a la que saludar esta vez?

    No todas las visitas se reciben con la misma alegría, pero de niña entendía que era un gesto de buena educación. Era un momento y seguía con lo mío. Tardaba menos en eso que en hacerme la remolona. A mis hijas las invito a que saluden, les explico (no en ese momento, obvio) que es un gesto de buena educación, pero no las obligo a saludar, porque la mayoría de la gente tiene el mismo recuerdo de infancia que tú. Parece que yo soy un bicho raro.

    Un abrazo

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  4. De niño uno recuerda momentos imperceptibles que por esas cosas de la psiquis se hacen fuertes en la mente. Estamos llenos de eso momentos. Saludos.

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