¿Bailamos?

¿Cómo te ha tratado la vida desde antes de conocerte?
Cuéntame cómo llegaste a mi corazón,
dime qué poesía podría alcanzar tus labios sin herirles,
enséñame por qué tu corazón me atrae más que el mismísimo leteo infernal, dulce paradero de condenados y moribundos,

Explícame Salvador por qué puedo de pronto imaginar verdes campos acompañado de Ella, tal como si camináramos por una nocturna ciudad extranjera tomados del brazo,
Explícame por qué deseo recorrer una playa cercana junto a ella, escuchando olas, deteniéndonos a examinar la belleza en una mortuoria escena de fantasmas bailando su melancólica sinfonía a lo lejos, en distantes barcos de luces titilantes como estrellas lejanas,
¿Cómo es que tu belleza llega a mis sentidos sin siquiera pertenecerme, sin siquiera haber podido yo encantarte?

Déjame vida mía saciarme en ti, en tu dolor, en tu romance, en tu ternura, en tu oscuridad, en inigualable belleza, en inmortal armonía, que ya queda poco para que el sol salga...
Aunque incluso cuando el fulgurante Rey del oriente se imponga y el río corra vehemente veloz animando a bestias y animales y el incesable correr de los autos en la ciudá inunden avenidas de autos eternos cabalgados por espectros de ceño adusto, pensando en todo menos en su momento, analizando, escrutando, controlando, añorando, cambiando radios, apurando un semáforo...
Entrego lo único que tengo por dar,
toda mi fascinación es innegable,

ébano dardo del dorado sentimiento,
no me has esquivado...
y ahora la noche batalla con fuerzas de la luz para cuajar insospechados sentimientos...
¡Cómo te bendeciría arcángel de las flechas que nunca fallan un corazón demasiado concentrado en ti!
¡Cómo retarte ángel dulce y embriagante a duelo por pasadas ofensas cuando todo lo que tu flechazo ha parido no es más que la vida misma corriendo por mis tenues venas!

La vida ha llegado para quedarse,

¿Bailarás conmigo entonces mi amada?

La noche más bella es siempre eterna.