He notado en este tiempo que los perros andan más amistosos conmigo. Además, hoy recibí una noble visita: la Michita. Sendos maullidos sonaron afuera de la puerta y supe enseguida que era ella, la gatita de alguna casa vecina que ha elegido este lugar para entrar de cuando en cuando. Es una tricolor guapísima y siempre muy limpia. Le puse la Michita. Y pienso en ella a veces, como ahora.
¿Y tú en qué piensas?
"
Yo tengo un gatito adorable. Un beso
ResponderBorrarTeam Michi presente <3
BorrarNo es El cuervo, pero se asemeja a otro personaje de Poe. El Gato negro, aunque es tricolor y no tiene motivos para vengarse.
ResponderBorrarSaludos.
Jaja, no puedo discrepar, un abrazo y gracias por andar siempre aquí <3
BorrarEsta mañana fui a la terraza de mi casa con mi hija y mi perro, y para mi sorpresa noto que éste último sale corriendo y quiere encontrar algo detrás de un pallets con macetas grandes, en eso salta un gato que estaba camuflado por ser casi del mismo color que la pared y comenzaron una persecusión alucinante.
ResponderBorrarEl gato se salvó por centímetros. Mi perro jamás ovedeció mis gritos para que frenara. Mi hija se mató de la risa.
Abrazos, hermano Nocturno!
Por ahí leí que el gato tiene una vista que le permite procesar todo más rápido, sus reflejos aumentadísimos, así que no me extraña lo que cuentas jeje, gracias por compartir la historia, un gran abrazo Master!
BorrarPienso en que me recordaste a una gata que encontramos en la calle (junto con su hermanita, ambas casi recién nacidas). La hermana, Perla, se quedó. La otra, Gema, partió a conocer y a empaparse del mundo. Dato inútil: Antes de su partida, cuando cachamos que era macho, pasó a llamarse Gemo. Pero vaya a saber uno qué nombre tiene ahora. Ojalá uno que vaya acorde con su belleza, porque pucha que es lindo ese Gemo. Y no lo digo yo, me lo dijo él mismo. Ya sabes que son vanidosos los gatos.
ResponderBorrarVa un abrazo, Nocturno.
Jaja qué grande, me hiciste recordar un poema acerca de cómo sólo los michis saben su verdadero nombre, aquí lo comparto: The Naming of Cats is a difficult matter,
BorrarIt isn’t just one of your holiday games;
You may think at first I’m as mad as a hatter
When I tell you, a cat must have THREE DIFFERENT NAMES.
First of all, there’s the name that the family use daily,
Such as Peter, Augustus, Alonzo or James,
Such as Victor or Jonathan, George or Bill Bailey—
All of them sensible everyday names.
There are fancier names if you think they sound sweeter,
Some for the gentlemen, some for the dames:
Such as Plato, Admetus, Electra, Demeter—
But all of them sensible everyday names.
But I tell you, a cat needs a name that’s particular,
A name that’s peculiar, and more dignified,
Else how can he keep up his tail perpendicular,
Or spread out his whiskers, or cherish his pride?
Of names of this kind, I can give you a quorum,
Such as Munkustrap, Quaxo, or Coricopat,
Such as Bombalurina, or else Jellylorum-
Names that never belong to more than one cat.
But above and beyond there’s still one name left over,
And that is the name that you never will guess;
The name that no human research can discover—
But THE CAT HIMSELF KNOWS, and will never confess.
When you notice a cat in profound meditation,
The reason, I tell you, is always the same:
His mind is engaged in a rapt contemplation
Of the thought, of the thought, of the thought of his name:
His ineffable effable
Effanineffable
Deep and inscrutable singular Name.
Se resume en que sólo michis saben cuál de sus 3 nombres es el real, jé.
Un abrazo!