En Santigo de Chile

 En la mañana del lunes 10 me vine a Santiago. 

Interesante tener que atrasar la hora porque donde vivo estoy una más adelante.

El clima es agradable para mí, incluso a pesar de ser invierno acá estoy claramente muuucho más al norte que donde vivo.

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Ayer dejé esa idea de entrada hasta ahí. Ahora siendo ya miércoles por la madrugada retomo. Llovió en la capital hoy. Desagradable porque a diferencia de las ciudades sureñas de donde vengo (donde estamos preparados para lluvias, nevadas y vientos, acá se anegan rápidamente las calles. No pasé frío en el día tampoco, sólo en la noche, pero las personas dueñas de esta hostal seguramente "leyeron" aquello -sabiendo que soy de la Patagonia- así que me ofrecieron extra mantas para la cama -que decliné, porque al acostarme no paso frío- y un calefactor eléctrico que sí acepté, pero les garanticé que no lo dejaría encendido toda la noche porque sé que los bichos esos son gastadores de electricidad y en este capitalista país se paga caro la energía. De donde vengo tenemos gas natural saliendo de cañería 24/7, siempre hay calefacción en las casas, frío no se pasa, pero eso nos "malacostumbra" y no pocas personas se asombran de que siendo yo sureño tenga tan poco aguante al frío, já, me carga el frío :P 

No he tomado muchas fotos porque sólo pasaré 3 días y ando en modo muy Zen: la vida en cada respiro.

Aún así, tengo estas dos:

Un supermercado gigante: obviamente la cadena Walmart que en Chile se hace llamar Líder. Tiene de todo y debo admitir, a buenos precios... ayer anduvimos ahí con mi buen amigo R. 

Edificios en el centro, a la derecha central la bolsa de valores. Me gusta mucho este paseo peatonal con su café y toldos blancos.

Ando hospedado en la comuna de Ñuñoa que es bien bonita. Lamentablemente me toca lluvia, la traje desde el sur, já. Me compré un paraguas barato en la calle.

Andaré haciendo compras y juntándome con amistades. La vida es diferente aquí, dicen que todos andan apurados, pero eso no es tan cierto, de hecho yo camino más rápido y ando adelantando constantemente a los santiaguinos que andan embobados en sus teléfonos. 

Hay mucha más variedad de comercio aquí y de gente también, por eso me gusta venir en vacaciones, observar tanta gente... Sus rostros no son tan diferentes a los de mis frías y australes tierras sólo que acá hay muuchos más inmigrantes, principalmente de Venezuela y Colombia, además de haitianos y unos menos peruanos y ecuatorianos. Chile era la promesa de una vida mejor y al llegar me imagino se han sorprendido de lo caro que está todo. Aún así, hacen sus sueldos y envían a sus países de origen un dinerito. He conversado con varios en Uber o Indrive que uso más que los taxis que muchas veces te escuchan el acento sureño e incurren en malas prácticas como darse vueltas y así cobrarte más...

Muchos santiaguinos lo único que quieren es escaparse al sur o norte apenas pueden para descansar. Yo soy ese loco sureño que cambia las montañas, los volcanes, los bosques vírgenes y glaciares indómitos para venir a la loca urbe de cemento donde el que puede se aprovecha de ti, pero a la vez hay tanta gente que jamás te aburrirás. Y además lo encuentro bonito, es diferente. Me compro cosas. Encontré por ejemplo hoy un traje de rojos y negros que feliz usaré para la ceremonia de titulación de mis estudiantes a fines de este año... Todo es más barato en la capital porque la oferta es inmensa.

Ah, y además de la variopinta variedad de restoranes de comida del país que quieras... hay de todo.

Una que repito... "Burn the witch" - Radiohead (2016)