La pequeña travesura (Pet shop boys no defraudan)

Hay un michi (gatico) que merodea fuera del negocio de mi barrio. Es un/una gris pequeñito, de menos de un año según estimo. Le gusta meterse apenas uno abre la puerta y lo mejor de todo es que la dueña no se enoja.

Apareció hace menos de un mes. Se deja acariciar -por mí al menos- y pareciera que quiere que lo cargue. Es un michi guapo. Yo ya he aprendido a abrir a propósito lentamente la puerta para que se cuele porque acá el otoño patagónico austral ya se siente más como invierno por estos días, hasta nieve hemos tenido.

El michi no es tonto, entra y se pone a recorrer con la cola levantada. La señora en la caja sonríe, dice frases tipo "ya se metió ese otra vez" y luego se preocupa de echar a la gata casera, que es bien adulta, para que no le haga bullying al allegado. 

Algún cliente por ahí supone que se debe sacar al michi y va, le abre la puerta y lo fuerza a salir. Mal.

La dueña dice cosas como que no importa, si no hay nada en el negocio que el gato pueda robar, porque las cosas tipo fiambres, quesos o salchichas están en efecto resguardadas tras vidrio.

Aprendí que es un gatito de algún vecino cercano, entra sólo a curiosear, pero luego se va. 

Como ha estado lloviendo, hoy al ir me encontré al gatico entre posas de agua y tachos cercanos de basura, lo cargué, duró poco en mi hombro. Bajó observando a todos lados, desconfiado. Entramos al negocio. Un señor cliente lo echó a los pocos minutos. Vagabundeé por el local pretendiendo buscar ciertos ítems entre las estanterías. El tipo se fue, me dirigí a la caja, pagué mis cosas raudamente, 24 mil pesos la compra (justo un día 24 para alguien que nació un 24 de diciembre) y abrí la puerta muy lentamente para que entrara el michi, que no estaba.

Pet Shop Boys - "The Lost Room"(2023)