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miércoles, 26 de agosto de 2015

Hoy me hablaste

Me toca por azares del destino desarrollar algunas de mis horas laborales en un lugar distinto al de siempre.
No me quejo, esto significa un leve aumento en mis ingresos mientras deba conducir estas actividades. Además me da la oportunidad de conocer gente nueva en los pocos días que me toca estar ahí.

Y así fue como desde los primeros días, en que teníamos una suerte de descanso llamaste mi atención. Tu ceño parecía fruncido, ¿qué te concentraría tanto? me pregunté mientras te contemplaba a lo lejos.
Han pasado algunos días, he tenido otros breves minutos para poder observarte mejor (y admirarte).
No siempre ocupas el mismo lugar en el salón común de descanso, snacks, etc. 
Sé que podríamos tener una buena conversación, sin embargo quedamos alejados siempre. No lo suficiente para no observarte. 
Debes ser un poco más joven que yo, eres segura en tu caminar, tu tono de voz es firme. Me parece como si tu hubiera visto antes, pero eso suele pasar en este pequeño pueblo...

El otro día quedaste cerca, sólo me dabas tu perfil mientras estabas sentada en la cabecera de una mesa.
Al día siguiente apareciste en un sillón, más o menos frente a mí pero ambos tapados por gente en el centro (yo estaba en el otro sillón).
Esta vez te ocupaba tu teléfono móvil. No sonreías mientras lo leías/chequeabas. Tampoco parecías molesta, sólo reaccionando a una noticia. Puedes subir una ceja y al mismo tiempo bajar la otra lo que da un gesto de asombro. Me encantó.

Y hoy por fin me hablaste.

Nos encontrábamos ambos realizando nuestras respectivas tareas, separados por muros, ventanas, oficinas, salones, etc. Demasiado lejos, y es que este lugar es tan grande que buscarte sería como buscar una aguja en un nido. 

Golpearon a mi puerta, suspendí lo que estaba haciendo para abrir y te veo a ti.

Pienso que me hablarás desde ahí pero con tus dedos me indicas que salga, que será sólo un momento. Yo embobado.

Recuerdo cerrar la puerta una vez salí a dónde ella estaba y no recuerdo lo primero que me dijo, era una recomendación irrelevante para mis nuevas funciones temporales en este lugar. Me sentía tan dichoso mientras me hablabas, por un momento te observé acomodar tu cabello, en el lado derecho.
Yo asentí con la cabeza, tenías toda la razón en lo que me estabas diciendo.
Pasó todo muy rápido. Terminaste de hablar, expresé mi completo acuerdo con lo que decías, mientras me preguntaba si acaso serás Libra, Géminis o hasta Cáncer.

Hoy nos veremos de nuevo.







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